En un mundo inmerso en la tecnología y en retiro voluntario, las aplicaciones de citas se han vuelto una o la opción para conocer gente. Sin duda, hay un universo nuevo por descubrir.
Se dicen una infinidad de cosas y al final, cada quien habla como me la va en la feria.
Opciones muchas, pero si la pregunta del millón es ¿cuál app es la mejor? Yo diría que la que mejor te funcione…
Ahora bien, más allá de hablar individualmente de estas aplicaciones, me gustaría contarte lo que he encontrado en ellas y a las conclusiones que he llegado. ¿Estás list@?
El surtido es muy variado, es un cocktail de diversos ingredientes. Aquí con lo que me he topado…
- El chavo “honesto” o «cínico» que admite que es casado y afirma que se va a divorciar, lo cual no sucedió. Sin embargo, gracias a él conocí a un grupo de gente muy linda.
- El que en su perfil dice abiertamente “que no esta buscando sexo casual”, pero que al tercer o cuarto mensaje te lo pide directamente.
- Con el que después de chatear por un tiempo, sales a tomarte un café, platican por horas y después nunca más vuelves a saber de él.
- El que en medio de la pandemia te dice (sin conocerlo) que si lo invites a cenar a tu casa o que tú vayas a la de él. “Pero si no me conoces”, dije yo. “¿Qué tal que soy una loca?” Resultado: No volvió a escribir, jaja.
- El que te empieza a interrogar sobre lo que escribiste en tu perfil. Luego intercambias el número de teléfono y que cuando te llama, empieza nuevamente el interrogatorio, al grado que, literal y textual, te sientes como en una entrevista de trabajo: «En tu perfil dice esto (vuelve a repetir), explícamelo porque entenderás que en una relación hay negociables y no negociables”. ¿Es en serio?, vaya que lo fue. Una semana en examen, siempre a la misma hora, hasta que un día dije algo que no le gustó y desapareció (gracias a Dios).
- El que cuando le preguntas que qué hace en «x» aplicación te contesta sincera y educadamente: “Vivo en unión libre con una chica, me gustan mucho las mujeres, pero también me gustan las Trans, TVs y chicos afeminados pasivos, soy 100% activo, soy discreto con ello, espero no molestar con mi comentario”. ¿Molestar? Nop. Juzgar, tampoco. Me sorprendió su honestidad y la agradecí.
- Los que después de un par de mensajes te piden tu número de teléfono, te preguntan la fecha de cumpleaños, te mandan una lista de cualidades de tu signo zodiacal, dejando hasta el final “son muy cachondos” y te preguntan con cuál te identificas más. ¿Será que quería que le respondiera que con la última? Jaja! No caí. Luego salió con un: “Me encantas y quiero conocerte ya”. ¿Qué no se supone que estamos en retiro voluntario?
Y aún hay más….
- El que te da su cuenta de Instagram, esperando que tú hagas lo mismo para checar tus fotos. Además te manda su número de celular y también afirma que le encantas. Cuando le escribes para saludarlo y empezar una conversación (se trata de conocernos, ¿no?) termina por pedirte una foto tuya de cuerpo completo, ya que en Instagram no la encontró. Entonces pregunté ingenuamente: ¿Porqué los hombres siempre piden una foto de cuerpo completo? Y la respuesta: “Para evitar salir con mujeres que tienen cara linda pero son unas gordas”. ¡Plup!
Estas son tan solo algunas de las experiencias que me han hecho reflexionar…
Más allá de los que buscan algo casual, sexo, conocer gente o así, lo importante es tener claro lo que queremos y no vendernos a lo que el otro quiere por agradar, por urgencia, por no confiar en que algo mejor llegará.
Personalmente creo que los seres humanos valemos por quienes somos y sí, la envoltura importa, pero yo digo que no al grado de ser despectivo con la gente. «Hay de todo en la viña del señor», diría mi madre: chavos guapísimos con cero materia gris, así como otros que no son tan agraciados pero que tienen muchos otras cualidades que enamoran.
Si las aplicaciones de citas son o no la opción para encontrar / conocer a la persona correcta no lo sé a ciencia cierta. A veces creo que era mejor cuando tus amigos te presentaban a alguien, aunque también me llevé mis sorpresas. De lo que estoy 100% es que, personalmente, prefiero arrepentirme de haberlo intentado, de jugar un poco con el “me gusta” / “no me gusta”, que pensar en el y “si hubiera”. Quién sabe en una de esas, moviendo el dedo a la izquierda y a la derecha, llegue esa persona… Es una posibilidad.
Y tú… ¿qué piensas al respecto?