Marzo, mes para renacer, agradecer, sonreír, volver a empezar, coincidir. Tiempo para celebrar la vida en todos los sentidos.
Sin lugar a dudas, mi mes favorito del año, en el que vuelvo a casa, cuando regreso al Sol para llenarme de energía y comenzar una nueva aventura. Con un año más de experiencia que me hace ser la mujer que soy.
Días para agradecer estar viva y celebrar incluso la vida de quienes ya han partido. Indudablemente hay gente que ya no está en este plano, sin embargo eso no significa que no vivan en nuestra mente y corazón.
Mes de contrastes: vida y muerte, bienvenidas y despedidas, luz y oscuridad, inicios y finales, deseos y frustraciones, alegrías y tristezas. Opuestos que se atraen y que se convierten en una magnífica oportunidad para brindar por el hoy, por el aquí y el ahora, por el presente, ya sea desde la felicidad o desde un corazón acongojado. Decir salud por el regalo de estar vivos, rodeados de personas con nos aman, por nuestros éxitos y fracasos, por aquello que tenemos y por lo que aún está por llegar.
Hoy celebro con una gran sonrisa:
- El haberte conocido.
- La bendición de compartir contigo una mirada, una comida, una platica, una velada, unos días, en el presente o través de mis recuerdos.
- El hecho de coincidir, aunque haya sido por instantes.
- El gusto de poder estrecharte en mis brazos y regalarte un abrazo que tranquilice un corazón agitado.
- La delicia de haberte besado, aun cuando solo haya sido en sueños.
- La maravilla de escuchar tu voz a través del teléfono.
- El milagro de poder observar con mis ojos tu carita que me llena de alegría.
- El privilegio de poder escribir unas líneas inspiradas en ti, en ellos, en mí.
- El oler tu perfume y recordar su dulce aroma.
- El descubrir que no soy tan importante como creí para ti y poder dejarte ir para seguir.
- El ser quien soy y aportar desde ahí lo mejor que hay en mí.
- Que tu camino y el mío se hayan cruzado.
- El haber podido tocar por lo menos un corazón.
- El transformar un momento en algo muy especial.
Y así podría seguir escribiendo las mil y una razones para celebrar, pero por hoy me despido con una sola petición: “Sé feliz cada día, festeja y agradece el estar vivo, que lo demás llegará por añadidura”.