Archivos Mensuales: septiembre 2019

Quizá no soy de este mundo

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A veces siento que no soy de este planeta, que no pertenezco a este mundo. Pareciera que la vida va un ritmo completamente diferente al mío, escucho comentarios que me cuesta trabajo entender. Entonces inhalo y exhalo. Contacto con mi interior, preguntándome quién soy, qué es lo que quiero y cuál es el camino para crearlo. Es ahí donde he descubierto que:

  • Renuncio a salir con miedo a la calle y no disfrutar de mi libertad. A no recorrer andando mi ciudad, mirando al cielo y agradeciendo la oportunidad de poder hacerlo.
  • Renuncio a vivir sin esperanza, a dudar y desconfiar de la gente; a creer que todo el mundo quiere hacer daño.
  • Renuncio a cerrar los ojos ante el necesitado; a ignorar al mendigo; a no experimentar compasión por el otro;  a dejar a un lado la empatía.
  • Renuncio a vivir sin ilusión; a no confiar en que el verdadero amor existe; a pensar que todos los hombres son iguales, cuando de antemano sé que no es así; a no arriesgarme por ir por lo que quiero.
  • Renuncio a pensar negativamente 24 por 24; a quejarme constantemente por “x” o por “y”; a vivir preocupado constantemente; perder mi objetividad o por lo menos hacer algo por construirla.
  • Renuncio a creer que todo está perdido y que este mundo no tiene solución, cuando en realidad todo la tiene, menos la muerte.

Por tanto, elijo trabajar conmigo misma para alcanzar la paz interior, amar, dar, vivir intensamente, con valentía, disfrutar del aquí y el ahora siempre con una sonrisa (claro está en la medida de lo posible) y compartirla.

Quizá me suceda como hace años cuando alguien me dijo que mi vida era color de rosa. Ja! Qué bien que piensen eso aunque la realidad sea otra. Yo simplemente opto por pintar mi mundo de colores, rosa si quieren, hago lo que está a mi alcance, lo mejor que puedo con mi nivel de conciencia para gozar de este viaje llamado vida. Al final de cuentas, cada quién es libre de elegir cómo quiere vivir. Es como cuando preparas una receta de cocina, en la que los ingredientes están ahí y depende de cuáles selecciones para crear uno u otro platillo.

Y sí, quizá no soy de este mundo, pero aquí estoy poniendo mis talentos al servicio para crear un mejor lugar, una experiencia diferente.

¡Hasta la próxima!

La magia de las palabras

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La-magia-de-las-palabrasComencé a escribir en una de las clases de español, mientras hablábamos de poesía y descubrí que tenía facilidad al respecto hace ya casi 30 años. Lo que nunca imaginé en aquel entonces fue que mis palabras pudieran llegar y acariciar el corazón de otras personas.

Si bien a la fecha he publicado tres libros y desde hace algunos años escribo semanalmente en mi blog sigo sorprendiéndome cuando recibo comentarios de mis queridos lectores.

Hace años, un amigo locutor me dijo, que: «Siempre que hubiera una persona escuchando valía la pena hacerlo.» Y así me pasa hoy con la escritura. En realidad no tengo idea cuánta gente me lee, yo simplemente tomo mi libreta y escribo (a veces lo hago directamente en la computadora). Como dicen por ahí, de pronto baja la musa y me pongo creativa por el gusto de serlo, sin pensar quién lo leerá, solo lo hago con todo mi cariño, por el gusto de compartir y de la mejor manera que puedo.

Lo lindo y mágico de esto es cuando alguien, se toma unos minutos para enviarme un mensaje o hacerme un comentario por algo que escribiste. Es ahí cuando se me ilumina la cara y mi corazón late más fuerte, al saber que mis palabras tocaron el corazón de uno de mis lectores. Me emociona darme cuenta cómo las palabras tienen magia propia y cómo combinadas de cierta manera hacen que su luz ilumine a quien las lee.

Escribir puede ser un don, que en mi caso, sirve para transmitir vivencias, muchas mías, otras de terceros, pero que al fin y al cabo creo y cuento historias a través de ellas. Esto me lleva a reflexionar sobre el poder que tienen las palabras. Con ellas podemos construir o destruir. Aparentemente son inofensivas, pero depende de cómo las utilicemos crean magia.

Hay otro factor que debemos recordar y tener presente al hablar de las palabras y es: la responsabilidad. Es necesario utilizarlas responsablemente, tanto por escrito como  al hablar, siempre conscientes de que nuestras palabras pueden ser la medicina que salve la vida de un enfermo o bien la bala mate a un inocente.

Independientemente de tu profesión, te propongo que cuides tus palabras, cómo las usas y combinas, ya que ellas pueden ser y hacer la diferencia en la vida de otras personas.

Finalmente, gracias infinitas por leerme y más por tus comentarios.

¡Hasta la próxima!

Por ahora no

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Por-ahora-noEn el andar por la vida nos encontramos con diferentes personajes que, sin duda, algo aportarán para nuestro aprendizaje. Experiencias nos enriquecen y que nos hacen crecer, claro está si optamos por verlo de esa manera.

Es así como se cruzan los caminos de una pareja, un poco por arte de magia, otro por casualidad, un tanto por destino (sincronicidad lo llaman algunos). Un coincidir que te lleva a vivir un sin fin de instantes (si te regalas la oportunidad, claro está) que acarician el corazón y que a veces, te hacen pensar: “¿Y qué sigue…?”

Es justo ahí, cuando analizas el panorama completo, cuando objetivamente y sin dar rienda suelta a tu imaginación y a tus miedos, que puedes llegar a descubrir la temida, pero también valiosa respuesta: “Quizá por ahora no podamos estar juntos”.

Tal vez suene raro o a pretexto, sin embargo, hay momentos en la vida que por mucho que queramos estar con alguien es imposible. Las interpretaciones al respecto son infinitas, desde tirarte al drama y ver el peor de los panoramas hasta el creerte Superman o Superwoman y querer forzar las cosas para que cambien.

He aprendido y me funciona, al menos para mi paz mental y espiritual, a buscar o elegir una interpretación neutral, que me haga sentir bien y me permita seguir adelante. A veces para estar con alguien uno requiere organizar una serie de situaciones, cerrar ciclos, poner en orden la “casa”. El por ahora no me ayuda a no tomármelo personalmente y me da la posibilidad de cuestionarme si quiero esperar a que sea un sí, seguir con mi vida (dejando todo atrás) o incluso optar solo por vivir el HOY y no pensar en el mañana.

Y sí, puede sonar complejo, sin embargo entre más me concentro en vivir el AHORA, en disfrutar los instantes que la vida me obsequia y me preocupo menos por lo que vendrá, más tranquilo es mi andar. ¡Ojo que no digo que sea fácil! Tiene lo suyo y ahí está el reto. Veremos qué sucede…

Mientras tanto te invito a abrirte a la posibilidad del POR AHORA NO y tener presente que cuando dos personas están “destinadas” a estar juntas, lo estarán.

Ser madre

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Ser-madreSer madre es uno de mis más grandes sueños. Recuerdo que hace 10 años me imaginaba con mi familia conformada por mi marido, la parejita de niña y niño y nuestro perro labrador. Lo veía perfecto.

Sin embargo, el tiempo ha seguido su curso y aún ese anhelo no se ha realizado. Mi amiga Cris me diría que no me preocupe y con una sonrisa me recordaría el ejemplo de Santa Isabel.

Personalmente comienzo a pensar que hay algo que aprender en todo esto. Es como si la vida me susurrara, desde ya hace varia semanas, que hay muchas otras formas de ser madre, más allá de crearla con tu pareja, de cambiar pañales, criar a un pequeño, amar a un hijo incondicionalmente. Seguramente es una experiencia inigualable, aunque puede ser que no sea para todas.

Hoy creo que quizá mi misión sea dar amor y crear vida de otra manera, cuidar de otros, quizá enseñar, en fin. Eso no es ni mejor ni peor, simplemente es una forma diferente de realización, de encausar el amor maternal.

Porque si algo tengo bien claro, es que no se trata de hacer las cosas por hacerlas. Desde mi punto de vista, un bebé necesita papá y mamá. Quizá esta sea una de las muchas razones por las que las cosas son como son, eso sin dejar a un lado la serie de decisiones tomadas a lo largo de los años.

Lo maravilloso de la vida es que siempre nos regala la oportunidad de aprender, reinventarnos, descubrir un sin fin de posibilidades de dar y recibir amor.

En mi caso, quizá no hayan llegado los hijos, pero tengo la bendición de tener dos ahijados maravillosos, la parejita justamente, a los que adoro con todo mi corazón y con quienes estoy conectada corazón a corazón. También cuento con mis 3 libros, que son como mis chamacos, llevó su tiempo crearlos.

Mi reloj biológico pareciera que me dice que ya es tarde, yo sigo pensando que esto no se acaba hasta que se acaba…

Y así, inmersa en un mar de ideas y emociones, quise compartir estas líneas contigo a manera de reflexión. Un tanto para compartir, otro como deshago y un poco más para llegar a aquellas mujeres que se sienten tristes, frustradas, decepcionadas por no ser madres, unas porque así lo decidieron, algunas porque no pudieron. A todas esas mujeres las abrazo y les aseguro que la naturaleza es sabia. Cada día me convenzo más de que las cosas pasan por y para algo, todo tiene una razón (aunque solo sea porque sí) y sea cual sea ese motivo hay disfrutar la oportunidad de poder abrir los ojos cada mañana, de respirar, de estar aquí, viviendo y compartiendo esto que llamamos vida.

Hay sueños que se realizarán, otros quizás se quedarán en el tintero, solo recuerda que siempre hay y habrá razones para sonreír y aprender a ser felices con lo que tienes.

¡Hasta la próxima!