Archivos Mensuales: julio 2023

Y tú… ¿Cuentas con una red de apoyo?

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En estos tiempos resulta esencial contar conn una red de apoyo. Ese grupo de personas que de una u otra manera fungen como soporte cuando anhelas realizar un sueño, cuando las cosas no van bien, para compartir, para crecer, para sumar a tu vida, en fin. 

Un elemento importante para el bienestar de cada individuo que contribuye a mejorar la calidad de vida, no solo por los apoyos materiales que proveen sino también por lo que representan emocionalmente. Son esas personas que están en las buenas, en las malas y que suman para hacernos la vida más fácil.

Estoy segura que tú cuentas con una red de apoyo aunque quizá no la denomines como tal o no lo hayas hecho consciente. Desconozco si siempre se les ha llamado así. Desde mi parecer fue gracias a la pandemia que se pusieron “de moda”, aunque han existido desde hace muchísimos años.

¿Quiénes constituyen una red apoyo?

La familia, los amigos, los terapeutas, fundaciones, grupos de hombres y mujeres que apoyan la venta de “x” o “y” producto y/o servicio, médicos, etc.

Cada red de apoyo, al menos las personales, están diseñadas a la medida, es decir cada uno elige quién forma parte o no de su red.

Por ejemplo, la mía actualmente está constituida por mi familia y amigos; mi guía espiritual; mis hermanos de luz y mi maestra de yoga. Y sí, escribí actualmente a propósito, dado que las redes de apoyo pueden variar con los años y las experiencias; unas crecen, mientras otras se hacen más pequeñas; algunas solo cambian sus integrantes; se van transformado al igual que cada uno de nosotros.

Si aún no tienes claro quién forma parte de tu red de apoyo y quieres elaborar una, te sugiero tener en cuenta lo siguiente:

  • No idealices a las personas o instituciones, te puedes llevar cada sorpresa que ni te cuento.
  • Diversifica, siempre es bueno tener un poco de todo aquello que necesitas y no casarte con un solo tipo de personas o de profesiones.
  • No te desanimes si alguien de tu red falla, puede suceder y aunque duele toca verlo como experiencia y seguir adelante.
  • Lo que te funciona a ti, puede no funcionarme a mí.
  • Basta con que tú sepas quienes conforman tu red, no es necesario que lo grites a los cuatro vientos.
  • Confía en tu intuición, ella nunca se equivoca.

Sin duda, los seres humanos necesitamos los unos de los otros. Es gracias a las redes apoyo, a la convivencia que podemos simplificarnos la vida.

Contar con una red de apoyo puede ser la diferencia entre padecer una tormenta o divertirte aprendiendo a bailar en medio de ella.

Y tú… ¿Cuentas con una red de apoyo?

El arte de descansar

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Vivimos en un mundo en el que todo va a mil por hora, son “n” las actividades que llenan nuestros días. Pareciera que estamos corriendo una carrera contra reloj, al grado que muchas veces olvidamos descansar o si lo logramos, pareciera que no es suficiente.

No recordamos el maravilloso significado de la la palabra: “Descansar, reponernos del cansancio” o como lo entiendo yo, la magia de cambiar de actividad.

Existen un sin fin de formas de descansar. Por ejemplo, en este momento mientras escribo, me estoy tomando unos minutos libres de mi trabajo para refrescar mis ideas. También puedes descansar durmiendo, leyendo, cocinando, disfrutando de una taza de café o quizá pasar un fin de semana entre amigas, cuando requieres un descanso más largo.

En realidad no requieres hacer nada extraordinario. Tal vez lo que necesitas es recordar que es importante crear durante el día espacios para ti, saber parar, tomarte un tiempo para eso que te gusta hacer y romper con ese acelere que parece el cuento de nunca acabar.

¿Cómo hacerlo? Hoy antes de irte a dormir, ocupa unos instantes para identificar esas pequeñas grandes cosas que pueden sacarte de la rutina y ayudar a tu mente, cuerpo y espíritu a descansar. Así mañana podrás empezar a ponerlas en práctica.

Hazlo y me cuentas cómo te va.

Por ahora me despido, que el trabajo me llama, pero ahora puedo seguir con la mente despejada y feliz de haber pasado por aquí. 🙂

¡Hasta la próxima!

¿Ir o no ir a terapia?

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Crecí con la idea de que las personas que iban al psicólogo, es decir a terapia, era porque estaban locas. Je! Eso fue lo que escuché en casa y un poco lo que pasaba por aquellos años. Sin embargo, esa creencia cambiaría cuando me enteré que a mamá le quedaba poco tiempo de vida.

Tenía tan solo 19 años y las emociones más que revueltas que nunca. Fue entonces cuando por azares del destino, alguien me habló del trabajo que los psicólogos realizaban y pude verlo de diferente manera. Me explicaron que ir a terapia ayudaría a enfrentar lo que estaba pasando y lo que estaba por venir… Fue así como muerta del susto, le pedí permiso a papá para asistir a terapia y por suerte como siempre me apoyó.

Sin duda, una de las mejores decisiones que he tomado en la vida. Una bendición coincidir con Martha, terapeuta gestalt, quien me acompañó por aquellos años durante el camino. De su mano aprendí que cuando uno necesita ayuda profesional, la pide; que no tiene nada de malo sentir las emociones y que hay que trabajarlas; que no estaba sola, entre muchas cosas más.

También cambié mi creencia sobre los psicólogos y el hecho de ir a terapia. Descubrí que son una herramienta maravillosa para transitar por las tormentas, para conocerme mejor, para crecer como persona.

Después de aquella experiencia, en la que cabe señalar no todo fue miel sobre hojuelas (lo digo porque enfrentarse con uno mismo tiene lo suyo), vinieron otras, con otros terapeutas. Comprendí entonces que trabajar con uno mismo es una de las mejores inversiones que puedes hacer así como uno de los más grandes regalos que te puedes dar.

Conocerte y redescubrirte; romperte y reconstruirte una y las veces que sean necesarias; rediseñarte, aprender de ti, crecer, llorar, reír; andar, buscar y encontrar hasta llegar a ese mágico lugar donde se respira tranquilidad, serenidad, amor. Arribar y alcanzar la paz interior, esa que te hace sentir relajado, amado, que aunque pase todo y pase nada tu estás en calma y armonía. Eso, no tiene precio. 

El resultado de trabajar con uno mismo, de ser valiente y enfrentarte a tus más grandes miedos, dejar a un lado la soberbia y hacerte responsable de lo que sientes, de tus emociones, de lo que haces o dejas de hacer con ellas, bien vale la pena.

¿Cómo saber si es recomendable ir a terapia? 

Aquí algunas preguntas que te pueden ayudar para que tengas claridad y tomes la decisión. Es muy fácil. Si a más de una respondes que sí, ahí tu respuesta.

  • ¿Tienes problemas con tu pareja, con tus hijos, amigos, con el mundo?
  • ¿Perdiste un ser querido, mascota, trabajo, etc?
  • ¿Sientes que algo no va bien en tu vida, pero no sabes qué es?
  • ¿Te sientes apático, aburrido, enojado contigo y el resto de la gente?
  • ¿No sabes como resolver un problema?
  • ¿Tus emociones te sobrepasan? 
  • ¿Te enojas con facilidad?

Si me preguntas si ir o no ir a terapia, mi respuesta es: ¡Sí! No te niegas la formidable oportunidad de vivir esa aventura contigo y más en estos tiempos en los que la ansiedad y la incertidumbre están a flor de piel. Y si eres de los que se preocupan por el dinero, te diré que es una super inversión.

¿Qué tipo de terapia?

La que tú quieras, la que te resuene, eso sí, asegúrate que sea con un profesional. Verás que una vez que te decidas a tomar terapia, el tipo de terapia aparecerá.

Cuidar tu salud mental y emocional es tan importante como cuidar tu salud física, tu trabajo, tu familia, que viajar. Al final y como siempre lo digo, la última palabra la tienes tú. Yo solo comparto de todo corazón un poco de lo vivido y aprendido en mi andar por este mundo.

Gracias por seguir. ¡Hasta la próxima!