Archivos Mensuales: junio 2020

Reflexiones de cuarentena

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Reflexiones de cuarentenaLo inimaginable sucedió. El mundo se detuvo, los seres humanos tuvieron que parar. Esta vez no supieron qué hacer. Muchos murieron, otros enfermaron, un sin fin de historias se desencadenaron.

“Quédate en casa” se escucha, se lee desde hace ya tres meses. Si te cuidad, me cuidas. Y así cada uno hace (hizo) lo que cree que “le toca”.

Mientras unos se quejaban, otros gozaban, algunos sufrían y hay quienes no se detienen.

De regreso a casa, al hogar, la posibilidad de estar en familia, de compartir, de reír, de sentir, platicar amar, aprender a convivir, regresar a lo básico, reorganizarse, cambiar la rutina, confiar en tu guía interna que te cuida, comenzar de nuevo.

Para otros el hogar, ese lugar en el que pensamos que la paz reina, se convierte en un campo de batalla, un infierno, en el que la violencia se vuelve la protagonista de la historia. El amor pasa a segundo término y el miedo se apoderase los habitantes. Todo se complica y el temor se duplica. Sólo ellos saben lo que vivir así implica y con todo y todo, no hay otro camino más que ser paciente y encontrar soluciones.

Las casas se volvieron oficinas y en ellas personas trabajando intensamente, aprendiendo a combinar el arte de ser padres, maestros y todo un profesional.

Y cómo olvidar a ese grupo de seres humanos que no se pueden quedar en casa y continúan haciendo lo mejor que pueden para salvar vidas y otros más para generar dinero para comer.

Escenarios muchos, un mundo que sufre (sufrió) una pandemia, millones de seres humanos aprendiendo su lección ya sea en casa o en el campo de acción. Porque algo sí es seguro, tu aprendizaje no es el mío y el mío no es el de otros.

¿Cuánto más durará? Es la pregunta del millón. Es cuestión de paciencia, de esperar a que desarrollen la vacuna, de perder el miedo y vivir un día a la vez, siempre con la esperanza de poder ver otro amanecer.

Ser madrina: una bendición

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Ser madrina una bendiciónSi buscamos en «tumba burros», mejor conocido como diccionario tradicional el significado de la palabra madrina, encontraremos: mujer que presenta o acompaña a una persona en una ceremonia religiosa en la que se recibe un sacramento, como el bautismo o el matrimonio, y que se compromete a cumplir con una serie de funciones religiosas o morales. Dicha definición también aplica para el hombre, padrino.

Si nos referimos al bautismo, los padrinos son los protectores en caso de que a los padres les llegue a pasar algo. Se dice que incluso su función es ser “segundos padres” por lo que ser elegido como tal es una gran responsabilidad y también es tener el honor de contar con el gran cariño y confianza de los padres del bautizado.

Hasta aquí es lo que dicen los libros, pero más allá de ello escribiré de lo personalmente pienso que es el significado de de la palabra madrina y mejor aún lo que he vivido en carne propia.

En la actualidad me da la impresión que la cuestión de elegir los padrinos de bautizo o de primera comunión se ha convertido más en algo social, en cumplir con un elemento para la fiesta. Esto hay llevado a que se pierda el verdadero significado de “ser padrino” o “ser madrina” que para mí, es acompañar al pequeño, no solo el día de la fiesta, sino todos los días de su vida; ser madrina es una bendición.

Será que yo me saqué la lotería con mi madrina, quien a lo largo de 45 años de mi vida ha sido mi compañera, mi cómplice, mi maestra y también una segunda madre, después de que la mía murió. De ahí que para mí sea tan importante en convertirse en padrino.

Y no conforme con el premio mayor, la vida me regaló la oportunidad de ser madrina de dos angelitos. Sí, ya tengo la parejita: niña y niño, la Princesa de 10 y el Peque de 4 años y son lo máximo. Desde que con lágrimas y gran emoción acepté el compromiso, he intentado dar lo mejor de mí y digo intentado porque vaya que he cometido errores (y grandes), sin embargo cada instante que paso con ellos pongo el mil por mil de mi corazón para ser una buena acompañante. Hay que considerar que vivo lejos de ellos, lo que lo hace un poco difícil, pero no imposible. Siempre he creído que uno puede ingeniárselas para hacerse presente y crear lazos de amor cuando verdaderamente así lo deseas. Así que procuro hacerme presente con los chiquitines.

No sé cuál sea tu situación, si tienes el privilegio de ser padrino o no, lo que sí estoy segura es que es que ser madrina es una de las bendiciones más grandes que la vida me ha regalado. Así que antes de dar un sí, piénsalo muy bien y si asumas el compromiso con todo el amor del mundo y lo que él implica, pon manos a la obra para hacer la diferencia en la vida de tus ahijados. Y papás, pongan un poco más de cabeza y corazón cuando elijan a los padrinos.

Por hoy me despido, no sin antes decir: GRACIAS Cami y Josefo, Flaca y Joan.

Reencuentros de cuarentena

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Reencuentros de cuarentenaDespués de casi 4 meses de ausencia, finalmente apareció la musa y aquí estoy de regreso con una historia nueva que contar. 

Resulta que hace una poco más de una semana, 9 días para ser exacta, me metieron literal y textualmente, en un chat de ex-alumnos del CSM.

Mi primera reacción he de confesar que fue de susto, quería salir corriendo y antes de escaparme consulté con uno de mis “Pepe Grillos”, quien sabiamente me dijo: “Leo no te salgas, no tienes nada que perder; es la gente con la que creciste y que te conoce de años. Si quieres solo ten el chat en silencio, pero no te salgas.” “Está bien”, pensé… ¡A fluir se ha dicho!

Y comenzó la aventura. A la mañana siguiente no sabía si reír o llorar de la cantidad de mensajes que había y de ver que el grupo iba en aumento. “Paciencia Marileo, mejor pongámonos a trabajar”, me animé.

Hacia la tarde, cuando me disponía a ponerme al día (al menos había que ver que había antes de huir, ¿no?) Aline, una de mis compañeras tuvo la maravillosa idea de separar los grupos por generaciones. Se abrió así el chat de la Gen 94 y entonces todo cambió. Fue sentirme en casa y en confianza, se ve que mi corazón intuía lo que estaba por venir…

Comenzaron a llover fotos de la infancia, anécdotas. Luego vinieron las actuales con las familias y cada uno compartió lo que ha sido de su vida desde que salió del colegio.

Fue entonces cuando descubrí que quedarme en el chat había sido la mejor decisión de los últimos días. Si bien no soy fan de vivir del pasado, mejor dicho después de la muerte de mi madre he trabajado mucho en aprender a cerrar círculos y no vivir en el ayer, estos días descubrí que juntos podemos crear algo nuevo, en el presente. El gran cariño que nos tenemos ha traspasado las barreras del tiempo y hoy la vida nos brinda la oportunidad de “construir algo juntos”.

Es increíble darte cuenta todo lo que puede suceder en la vida y lo menciono porque leyendo las historias de mis amigos, he pasado por un sin fin de emociones. Ha habido de todo: experiencias lindas, bodas, nacimientos, enfermedades, accidentes, viajes, muertes, niños especiales, encuentros, desencuentros, secuestros, pero al final me he encontrado con seres humanos extraordinarios que han sabido “tomar al toro por los cuernos” y ponerse de pie para continuar viviendo y disfrutando de este viaje llamado vida.

Seguro existen historias, experiencias que no se han compartido, pero incluso esos silencios son ya caricias para el alma.

Más que agradecida por la posibilidad de coincidir, por darme cuenta que no pasa nada cuando abres el baúl de los recuerdos, ilusionada con pesar quizá algún día nos podamos volver a reunir, emocionada por saber, conocer y aprender de mis “compañeritos del cole”, me despido por ahora… Solo recuerden la lección: las segundas oportunidades  o también llamados reencuentros de cuarentena pueden ser una bendición.