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Reencuentros de cuarentena

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Reencuentros de cuarentenaDespués de casi 4 meses de ausencia, finalmente apareció la musa y aquí estoy de regreso con una historia nueva que contar. 

Resulta que hace una poco más de una semana, 9 días para ser exacta, me metieron literal y textualmente, en un chat de ex-alumnos del CSM.

Mi primera reacción he de confesar que fue de susto, quería salir corriendo y antes de escaparme consulté con uno de mis “Pepe Grillos”, quien sabiamente me dijo: “Leo no te salgas, no tienes nada que perder; es la gente con la que creciste y que te conoce de años. Si quieres solo ten el chat en silencio, pero no te salgas.” “Está bien”, pensé… ¡A fluir se ha dicho!

Y comenzó la aventura. A la mañana siguiente no sabía si reír o llorar de la cantidad de mensajes que había y de ver que el grupo iba en aumento. “Paciencia Marileo, mejor pongámonos a trabajar”, me animé.

Hacia la tarde, cuando me disponía a ponerme al día (al menos había que ver que había antes de huir, ¿no?) Aline, una de mis compañeras tuvo la maravillosa idea de separar los grupos por generaciones. Se abrió así el chat de la Gen 94 y entonces todo cambió. Fue sentirme en casa y en confianza, se ve que mi corazón intuía lo que estaba por venir…

Comenzaron a llover fotos de la infancia, anécdotas. Luego vinieron las actuales con las familias y cada uno compartió lo que ha sido de su vida desde que salió del colegio.

Fue entonces cuando descubrí que quedarme en el chat había sido la mejor decisión de los últimos días. Si bien no soy fan de vivir del pasado, mejor dicho después de la muerte de mi madre he trabajado mucho en aprender a cerrar círculos y no vivir en el ayer, estos días descubrí que juntos podemos crear algo nuevo, en el presente. El gran cariño que nos tenemos ha traspasado las barreras del tiempo y hoy la vida nos brinda la oportunidad de “construir algo juntos”.

Es increíble darte cuenta todo lo que puede suceder en la vida y lo menciono porque leyendo las historias de mis amigos, he pasado por un sin fin de emociones. Ha habido de todo: experiencias lindas, bodas, nacimientos, enfermedades, accidentes, viajes, muertes, niños especiales, encuentros, desencuentros, secuestros, pero al final me he encontrado con seres humanos extraordinarios que han sabido “tomar al toro por los cuernos” y ponerse de pie para continuar viviendo y disfrutando de este viaje llamado vida.

Seguro existen historias, experiencias que no se han compartido, pero incluso esos silencios son ya caricias para el alma.

Más que agradecida por la posibilidad de coincidir, por darme cuenta que no pasa nada cuando abres el baúl de los recuerdos, ilusionada con pesar quizá algún día nos podamos volver a reunir, emocionada por saber, conocer y aprender de mis “compañeritos del cole”, me despido por ahora… Solo recuerden la lección: las segundas oportunidades  o también llamados reencuentros de cuarentena pueden ser una bendición.

De regreso a lo básico

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Conforme pasan los días y entre más observo cómo nos comportamos, cómo vivimos, más cerca creo que estamos del momento y la necesidad de “regresar a lo básico”.

Pareciera que la vida es una carrera en la que el que vaya más rápido gana, sin embargo, a veces por vivir a máxima velocidad nos olvidamos de disfrutar el momento presente, los instantes, los pequeños detalles, la magia del aquí y el ahora.

La tecnología ha agilizado y facilitado enormemente las comunicaciones y ha acortado las distancias entre millones de personas, familia, amigos, conocidos. Asimismo, nos permite realizar trámites, comprar, organizar eventos sin salir de casa. Son muchas las cosas que ha simplificado, pero muchas otras las que ha complicado.

Ahora vivimos dependientes de computadora, pegados al celular, incluso ya ni siquiera nos sabemos las rutas para llegar a cierta dirección porque esperamos que Waze o Google Maps nos guíen para llegar en el menor tiempo. ¿Cuál es la prisa?

de-regreso-a-lo-básicoCuanto más rápido pasa la vida, más pido a gritos que “regresemos a lo básico”. Aquí algunos ejemplos:

  • Saborear una deliciosa comida en familia, acompañados de una rica plática, sin celulares.
  • Tomar tu carro y dirigirte a visitar a ese amigo, sin invitar y escuchar a la “señora” del navegador.
  • Ir hacer la compra semanal al supermercado, tomándote tu tiempo, sin prisas.
  • Pasar un fin de semana sin estar pegado al celular pendiente del correo que puede llegar….
  • Llamar a esa persona especial para felicitarla por sus cumpleaños y escuchar su voz en lugar de escribir un mensaje vía WhatsApp.
  • Entretenerse yendo de compras al centro comercial en vez de hacerlo en línea.
  • Sentarse a leer en un parque inmerso en el ruido de la naturaleza y de uno que otro coche, ¿porqué no?
  • Mirar a un ser querido a los ojos y decirle lo que sientes, corazón a corazón.
  • Apagar el televisor y salir a jugar con los hijos o bien armar un rompecabezas en familia.
  • Vivir un día a su ritmo, sin ese sentimiento de que te vienen persiguiendo o que no te dará tiempo de nada.

Regresar a lo básico, aprovechar cada día, vivir plenamente en el aquí y el ahora, desconectados tecnológicamente y conectados los unos con los otros, haciendo una cosa a la vez.

¿Tú que dices? ¿Se te antoja? ¡Cuéntame!

La vida es así

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Finalmente, la vida es así: Un ir y venir de experiencias, sensaciones, emociones, pensamientos, ideas, sueños, deseos. Sin embargo lo más importante es estar dispuesto a vivir la vida como venga, a crear tu vida día a día, abrir tus alas y volar por tu firmamento, lo demás llega por añadidura.

Días de tristeza, quiIMG_2873zá días de nostalgia, meses y años de felicidad, lágrimas que han corrido por tu rostro capaces de llenar muchas piscinas, corazones renovados y tal vez rotos en alguna ocasión, una inesperada enfermedad, un comenzar y volver a empezar. Lo cierto es que VIDA sólo hay UNA y si no la vivimos en TODO la extensión de la palabra se nos irá entre los dedos, como ocurre con el agua.

Vive, sueña, realiza, agradece, pero sobre todo CONFIA y CREE en ti y en ese Ser Supremo, Universo o como tú lo llames. Todo llegará, todo pasará, pero por amor de Dios no te quedes sentado, inmóvil esperando a que suceda. Corre tras tus sueños y no olvides disfrutar cada segundo del camino.

Y sí la vida es así: Amor, abundancia, gratitud, luz, felicidad, tranquilidad, realización.

 

¡Despertemos!

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La vida pasa y muchas veces sólo la contemplamos, pensando que siempre estará ahí. Dejamos las cosas para mañana, posponemos nuestros sueños. “Tenemos tiempo”, nos decimos a nosotros mismos, pero… ¿Sabes una cosa? No es así.

La vida nos puede cambiar en un instante, unos cuantos minutos bastan para cimbrarnos, para movernos y descubrir que es necesario cambiar de rumbo.

Hoy escribo esta líneas para invitarte a que despiertes. No vivas de tu pasado ni pensando en tu futuro, crea tu presente día a día. No esperes a que llegue el momento oportuno para decirle a la persona que amas lo que sientes por ella, no dejes pasar el tiempo sin que veas y compartas momentos con tus seres queridos. Mañana pueden ya no estar físicamente. No te quedes ahí sentado lamentándote por lo que NO tienes o por lo que tienes. Alguna vez alguien me dijo: “Sé feliz con lo que tienes” y que razón tenía…

Te invito a que despertemos juntos, a que nos tomemos de las manos y vayamos tras nuestros sueños, que corramos riesgos, que volemos, que confiemos. Recuerda que vida sólo hay UNA. Seamos responsables de nosotros mismos y vivamos cada día como si fuera el último.

 

P. D. ¡Siempre recordaré tu sonrisa!