Señor Tiempo

Estándar

Una de las lecciones que aprendí de papá fue que todo tiene su tiempo. Claro que cuando él me decía: “todo a su tiempo mi hijita”, yo no lo entendía, quería ir rápido, correr, comerme al mundo, crecer. ¡Qué equivocada estaba!

Con el paso de los años me he dado cuenta de lo importante que era esa lección. Ahora entiendo que en efecto cada cosa, cada etapa, cada experiencia tiene un periodo determinado para realizarse. En ese espacio intervienen aspectos como: la madurez, la edad, las circunstancias, la toma de decisiones, etc.

“Todo tiene su tiempo”, sí y al volver la visa atrás descubro que ese tiempo está construido a base de instantes, de momentos. Así que lo mejor que podemos hacer es disfrutarlos al máximo, sin correr, estando presentes en cada uno de ellos, gozando lo que es y lo que está. 

¡Ojo! Eso no quiere decir que no pensemos en lo que deseamos a futuro, que tomemos acciones para llegar a donde anhelamos. La clave está en aprender a ser felices con lo que está hoy, con lo que somos y tenemos. Entender que el tiempo pasa, que no regresa, que hay cosas que podemos hacer hoy y mañana quizá no, pero podremos hacer otras.

Comprender que la vida está hecha de instantes que merecen ser vividos y atesorados en el corazón para siempre; que la vida tiene etapas y que cada una tiene su encanto, su magia. Es como las estaciones del año. Cada una es especial y diferente, cada una llega y se va a su tiempo, ni antes ni después.

El Señor Tiempo es tan sabio que nos enseña que todo tiene su momento y funciona como un instrumento que marca el ritmo de las melodías que componen nuestras vidas.

De conformarse, ¡nada!

Estándar

Los seres humanos tenemos sueños, deseos, anhelos que vamos creando y alcanzando durante la vida. Hay unos que llegan antes que otros, algunos suceden mejor de lo que esperábamos y quizá haya unos cuantos que deban sufrir alguna modificación antes de realizarse. Pero… ¿Qué sucede cuando eso que estamos “buscando” no llega? ¿Toca aceptarlo y conformarnos con lo primero que aparezca?

Aquí lo que pienso…

Para los que me conocen, no es un secreto que hace tiempo que anhelo con encontrar una pareja, el príncipe multicolor (se lee compañero), je! El color es lo de menos. El chiste es coincidir con esa persona que haga latir mi corazón al mil y que quiera compartir su vida conmigo (dicho brevemente). ¿Candidatos? Claro que han existido (existen), el punto es que por una u otra cosa no nos hemos elegido. 

“¡Es que eres muy exigente!”, diría mi Cuñis. “¿Si?”, me lo he cuestionado. Puede ser… La conclusión es que no se trata de estar con cualquiera, de dejar a un lado mis sueños, mis deseos para tratar de que el personaje en cuestión encaje. 

Estoy totalmente de acuerdo con que nadie es perfecto, todos tenemos nuestras cosas, pero dentro de ellas hay unas con las que estamos dispuestos a vivir y otras con las que no. Por ejemplo, pensar que va a cambiar “x” o “y” hábito, no es real. Hay puntos que nunca cambian y menos creer que lo hará por mí. Si no lo hace por él mismo, difícilmente lo hará por alguien más. Así las cosas, personalmente prefiero dar un paso atrás y seguir viviendo, observando, conociendo y no conformarme con lo primero que pase.

Mi ejemplo es sobre el tema de pareja, pero lo mismo ocurre si nos referimos al trabajo, cuando estás buscando casa, un coche, tu vestido novia, cuando quieres viajar, etc. Si no es lo que anhelas, si no hace latir tu corazón y te emociona, sigue buscando, aprende a esperar. ¡Gran lección! Créeme que cuando llegue el/la indicado(a) lo sabrás.

¡Ojo! Que eso no quiere decir que te sientes en tus laureles sin hacer nada. Todo lo contrario, sigue moviéndote, abre tus ojos, intenciona tus días, decreta, haz visualizaciones, escríbelo, recuérdale al Universo lo que quieres y entrégaselo, confiando que lo mejor sucederá.

Eso que tanto deseas llegará a ti en el momento perfecto, ni antes ni después. Será justo cuando estés listo para recibirlo. Si por algo no llega, créeme que su razón (aunque no la entendamos) debe tener.

Dejemos que las cosas fluyan, que la magia ocurra. Vive, disfruta y sobre todo… ¡Nunca te conformes con menos de lo que mereces!

El arte de convivir

Estándar

Hace unos días, salí a tomar una café con un chico. Más allá de cómo lo pasé, agradecí la oportunidad de convivir y escuchar. Fueron muchas cosas las que llamaron mi atención. 

Por un lado, redescubrir y darme cuenta la diferencia que existe entre estar frente a frente con alguien, cuando haces contacto visual, cuando observas el lenguaje corporal de la otra persona. Y ni que decir de la maravilla de poner tu escucha en práctica, estar ahí para el otro, aprendiendo de lo que te dice, preguntando, comprometido con la conversación.

Pareciera algo que hacemos todos los días, sin embargo ya no es así. Cada vez nuestras relaciones son más a través de las máquinas, del celular. Tan es así que me sorprendió que justo frente a mí llegó una pareja, pidieron algo de tomar y después cada uno se sumergió en su celular. 

“¿Neta? ¿Sales a un café con tu chica/o y en lugar de convivir cada uno se pone a ver “cosas” en su celular?”, pensé. Será que yo valoro mucho la bendición de coincidir con la gente, de compartir, platicar, en fin…

Me cuesta trabajo pensar y vivir en un mundo en el que las conexiones únicamente se den a través de la red, de las aplicaciones, del ciberespacio. ¿Dónde queda ese punto de encuentro, de tocar, oler, sentir, escuchar? La pregunta del millón.

Sigo pensando que existimos personas para quienes convivir en vivo y a todo color es importante y es por eso que procuro generar esas experiencias. Con mi cel y mi compu, ya paso demasiado tiempo…

Cuéntame… ¿Tú eres de esas personas que se la viven el ciberespacio y que desaprovechan la magia de conectar en vivo o viceversa? Te leo…

La autoestima y las dietas

Estándar

Tener una autoestima alta es esencial en la vida del ser humano, ya que ella nos ayuda a desenvolvernos de una u otra manera en nuestro paso por esta tierra. 

Desde que venimos al mundo mamá y papá trabajan con las herramientas que tienen para ayudarnos a desarrollar una autoestima alta. Nos hacen sentir valorados y aceptados, seguros de nosotros mismos, capaces de hacer lo que queramos, aprendemos a creer en nosotros. Con los años y según vamos interactuando con el entorno nuestra autoestima se va desarrollando.

Pero… ¿qué ocurre cuando estamos entre los 10 y 14 años, cuando nuestro cuerpo comienza a cambiar, cuando no sabemos si vamos o venimos, cuando las hormonas ponen de cabeza nuestro mundo, cuando quizá subes de peso y por primera vez te llevan con un especialista para “remediarlo”?

Por un lado, tus padres te echan porras porque vas bien en el colegio, porque tienes letra bonita, por lo buena que eres con las manualidades, pero por el otro te dicen que necesitas cuidar tu alimentación porque estás “llenita”. Claro que la justificación es que es por tu salud, porque es importante que tengas un buen cuerpo (¿según quién?). 

Finalmente terminas yendo al médico con mamá y comienzas a “cuidarte”…

Me pregunto… 

  • ¿Cómo puede una niña tener una autoestima alta cuando le están diciendo que su cuerpo por estar grande no está sano y no es “correcto”?
  • ¿Cómo establecer una buena relación con tu cuerpo cuando está cambiando, porque anatómicamente se está transformado (estás creciendo), y te están diciendo no se ve bien porque estás “gordita”?
  • ¿Cuántos chicos hoy en día “se cuidan” desde jovencitos porque han aprendido en sus casas hay que estar a dieta, dado que ser gordo no es sano? 
  • ¿Cuántas madres mandan una serie de mensajes contradictorios a sus hijos con su ejemplo, olvidando que a través de él enseñan?
  • ¿Por qué no aceptar el cuerpo que la vida nos da en lugar de entrar en la constante batalla de quererlo moldear según los “cánones de belleza”? 
  • ¿Para qué llevar a los niños con “especialistas de nutrición” desde tan pequeños? 
  • ¿De verdad la cirugía baríatrica para niños es la solución?
  • ¿Está la autoestima directamente relacionada con las dietas, es decir si estás delgada te quieres y si no, no?

Son muchas las preguntas que tengo en mente. Las comparto, ya que al hacerlo me ayudan a aclararme y además porque creo que pueden sumar en la vida otros. Habrá quienes estén de acuerdo conmigo, otros pensarán que estoy loca (puede ser).

Yo simplemente escribo y me cuestiono desde lo que he vivido. Desde la mujer que soy que recuerda a la chica que a los 14 años hizo su primera dieta y que hoy se da cuenta que fue entonces cuando inició la pelea con su cuerpo. Una lucha constante que ha durado años y que pareciera interminable. Una guerra que acabará pronto porque así quiero que sea, porque lo necesito. 

Mi cuerpo, tu cuerpo, no han hecho nada malo, todo lo contrario. Él ha sido mi fiel amigo desde que llegué a este mundo. Me ha llevado y me ha traído, hemos subido y bajado, incluso volado. A través de él he disfrutado de tantas y tantas cosas que no puedo estar más que agradecida. ¿Se ha enfermado? ¡Claro! Pero no por su tamaño sino porque lo descuidé. Y sí mi cuerpo es grande, porque mi estructura ósea lo ha sido desde siempre.

Los cuerpos no valen más o menos por su tamaño y la autoestima no debería estar directamente relacionada con una dieta, con si eres delgado o gordo. Como seres humanos debemos amarnos y respetarnos por quienes somos, no por cómo nos vemos o lo que tenemos.

Más allá de si eres alto o chaparro, gordo o flaco, blanco o negro, joven o viejo, ámate y acéptate como eres. Deja de pelearte y comienza a relacionarte de otra manera con cuerpo. Créeme que la vida cambia si cambias tu enfoque y comienzas a vivir en paz con este tema.

¿Y tú dejarás que tu autoestima crezca o disminuya según el éxito o fracaso de tu dieta?

Y tú… ¿Cuentas con una red de apoyo?

Estándar

En estos tiempos resulta esencial contar conn una red de apoyo. Ese grupo de personas que de una u otra manera fungen como soporte cuando anhelas realizar un sueño, cuando las cosas no van bien, para compartir, para crecer, para sumar a tu vida, en fin. 

Un elemento importante para el bienestar de cada individuo que contribuye a mejorar la calidad de vida, no solo por los apoyos materiales que proveen sino también por lo que representan emocionalmente. Son esas personas que están en las buenas, en las malas y que suman para hacernos la vida más fácil.

Estoy segura que tú cuentas con una red de apoyo aunque quizá no la denomines como tal o no lo hayas hecho consciente. Desconozco si siempre se les ha llamado así. Desde mi parecer fue gracias a la pandemia que se pusieron “de moda”, aunque han existido desde hace muchísimos años.

¿Quiénes constituyen una red apoyo?

La familia, los amigos, los terapeutas, fundaciones, grupos de hombres y mujeres que apoyan la venta de “x” o “y” producto y/o servicio, médicos, etc.

Cada red de apoyo, al menos las personales, están diseñadas a la medida, es decir cada uno elige quién forma parte o no de su red.

Por ejemplo, la mía actualmente está constituida por mi familia y amigos; mi guía espiritual; mis hermanos de luz y mi maestra de yoga. Y sí, escribí actualmente a propósito, dado que las redes de apoyo pueden variar con los años y las experiencias; unas crecen, mientras otras se hacen más pequeñas; algunas solo cambian sus integrantes; se van transformado al igual que cada uno de nosotros.

Si aún no tienes claro quién forma parte de tu red de apoyo y quieres elaborar una, te sugiero tener en cuenta lo siguiente:

  • No idealices a las personas o instituciones, te puedes llevar cada sorpresa que ni te cuento.
  • Diversifica, siempre es bueno tener un poco de todo aquello que necesitas y no casarte con un solo tipo de personas o de profesiones.
  • No te desanimes si alguien de tu red falla, puede suceder y aunque duele toca verlo como experiencia y seguir adelante.
  • Lo que te funciona a ti, puede no funcionarme a mí.
  • Basta con que tú sepas quienes conforman tu red, no es necesario que lo grites a los cuatro vientos.
  • Confía en tu intuición, ella nunca se equivoca.

Sin duda, los seres humanos necesitamos los unos de los otros. Es gracias a las redes apoyo, a la convivencia que podemos simplificarnos la vida.

Contar con una red de apoyo puede ser la diferencia entre padecer una tormenta o divertirte aprendiendo a bailar en medio de ella.

Y tú… ¿Cuentas con una red de apoyo?

El arte de descansar

Estándar

Vivimos en un mundo en el que todo va a mil por hora, son “n” las actividades que llenan nuestros días. Pareciera que estamos corriendo una carrera contra reloj, al grado que muchas veces olvidamos descansar o si lo logramos, pareciera que no es suficiente.

No recordamos el maravilloso significado de la la palabra: “Descansar, reponernos del cansancio” o como lo entiendo yo, la magia de cambiar de actividad.

Existen un sin fin de formas de descansar. Por ejemplo, en este momento mientras escribo, me estoy tomando unos minutos libres de mi trabajo para refrescar mis ideas. También puedes descansar durmiendo, leyendo, cocinando, disfrutando de una taza de café o quizá pasar un fin de semana entre amigas, cuando requieres un descanso más largo.

En realidad no requieres hacer nada extraordinario. Tal vez lo que necesitas es recordar que es importante crear durante el día espacios para ti, saber parar, tomarte un tiempo para eso que te gusta hacer y romper con ese acelere que parece el cuento de nunca acabar.

¿Cómo hacerlo? Hoy antes de irte a dormir, ocupa unos instantes para identificar esas pequeñas grandes cosas que pueden sacarte de la rutina y ayudar a tu mente, cuerpo y espíritu a descansar. Así mañana podrás empezar a ponerlas en práctica.

Hazlo y me cuentas cómo te va.

Por ahora me despido, que el trabajo me llama, pero ahora puedo seguir con la mente despejada y feliz de haber pasado por aquí. 🙂

¡Hasta la próxima!

¿Ir o no ir a terapia?

Estándar

Crecí con la idea de que las personas que iban al psicólogo, es decir a terapia, era porque estaban locas. Je! Eso fue lo que escuché en casa y un poco lo que pasaba por aquellos años. Sin embargo, esa creencia cambiaría cuando me enteré que a mamá le quedaba poco tiempo de vida.

Tenía tan solo 19 años y las emociones más que revueltas que nunca. Fue entonces cuando por azares del destino, alguien me habló del trabajo que los psicólogos realizaban y pude verlo de diferente manera. Me explicaron que ir a terapia ayudaría a enfrentar lo que estaba pasando y lo que estaba por venir… Fue así como muerta del susto, le pedí permiso a papá para asistir a terapia y por suerte como siempre me apoyó.

Sin duda, una de las mejores decisiones que he tomado en la vida. Una bendición coincidir con Martha, terapeuta gestalt, quien me acompañó por aquellos años durante el camino. De su mano aprendí que cuando uno necesita ayuda profesional, la pide; que no tiene nada de malo sentir las emociones y que hay que trabajarlas; que no estaba sola, entre muchas cosas más.

También cambié mi creencia sobre los psicólogos y el hecho de ir a terapia. Descubrí que son una herramienta maravillosa para transitar por las tormentas, para conocerme mejor, para crecer como persona.

Después de aquella experiencia, en la que cabe señalar no todo fue miel sobre hojuelas (lo digo porque enfrentarse con uno mismo tiene lo suyo), vinieron otras, con otros terapeutas. Comprendí entonces que trabajar con uno mismo es una de las mejores inversiones que puedes hacer así como uno de los más grandes regalos que te puedes dar.

Conocerte y redescubrirte; romperte y reconstruirte una y las veces que sean necesarias; rediseñarte, aprender de ti, crecer, llorar, reír; andar, buscar y encontrar hasta llegar a ese mágico lugar donde se respira tranquilidad, serenidad, amor. Arribar y alcanzar la paz interior, esa que te hace sentir relajado, amado, que aunque pase todo y pase nada tu estás en calma y armonía. Eso, no tiene precio. 

El resultado de trabajar con uno mismo, de ser valiente y enfrentarte a tus más grandes miedos, dejar a un lado la soberbia y hacerte responsable de lo que sientes, de tus emociones, de lo que haces o dejas de hacer con ellas, bien vale la pena.

¿Cómo saber si es recomendable ir a terapia? 

Aquí algunas preguntas que te pueden ayudar para que tengas claridad y tomes la decisión. Es muy fácil. Si a más de una respondes que sí, ahí tu respuesta.

  • ¿Tienes problemas con tu pareja, con tus hijos, amigos, con el mundo?
  • ¿Perdiste un ser querido, mascota, trabajo, etc?
  • ¿Sientes que algo no va bien en tu vida, pero no sabes qué es?
  • ¿Te sientes apático, aburrido, enojado contigo y el resto de la gente?
  • ¿No sabes como resolver un problema?
  • ¿Tus emociones te sobrepasan? 
  • ¿Te enojas con facilidad?

Si me preguntas si ir o no ir a terapia, mi respuesta es: ¡Sí! No te niegas la formidable oportunidad de vivir esa aventura contigo y más en estos tiempos en los que la ansiedad y la incertidumbre están a flor de piel. Y si eres de los que se preocupan por el dinero, te diré que es una super inversión.

¿Qué tipo de terapia?

La que tú quieras, la que te resuene, eso sí, asegúrate que sea con un profesional. Verás que una vez que te decidas a tomar terapia, el tipo de terapia aparecerá.

Cuidar tu salud mental y emocional es tan importante como cuidar tu salud física, tu trabajo, tu familia, que viajar. Al final y como siempre lo digo, la última palabra la tienes tú. Yo solo comparto de todo corazón un poco de lo vivido y aprendido en mi andar por este mundo.

Gracias por seguir. ¡Hasta la próxima!

La vida es de colores 

Estándar

Junio es un mes en el que los colores salen a relucir. Por las calles, en los carteles y comercios aparece una bandera multicolor con los tonos del arcoíris. Esos que tanto les gusta pintar a los pequeños (al menos yo era fan de ellos), la manera en que muchas personas acomodan su ropa, sus libros, sus cosas, etc.

Una bandera que se ha adoptado como símbolo de la comunidad LGBT y que de acuerdo a mi investigación fue diseñada por el artista Gilbert Baker en 1978. Ella contaba en un inicio con 8 colores los cuales representaban cada uno, un aspecto distinto de la vida.

  • Rosado: sexualidad
  • Rojo: vida
  • Anaranjado: curación
  • Amarillo: luz del sol
  • Verde: naturaleza
  • Turquesa: arte
  • Índigo: armonía
  • Violeta: espíritu humano

El número de barras fue reducido a seis, el rosado y el índigo quedaron fuera y el azul reemplazó al turquesa.

Colores que significan diversidad y que nos recuerdan que la vida es así: multicolor. En ella existen todo tipo de personas: altas y bajas, gordas y flacas, de diferentes etnias, hombres y mujeres, rubios y morenos, etc. La gama de colores, de gustos son infinitos y perfectos. Así como es maravilloso que los seres humanos sean como quieran ser, que se puedan mirar unos a otros con amor, compasión y tolerancia. 

Que vivamos y dejemos vivir, reconociendo la infinidad de los colores que existen, que pintemos nuestro mundo del color que nos venga en gana. ¡Qué más da si es rosado o verde, quizá azul o naranja, tornasol o violeta! El punto es ser feliz con lo que cada uno decida, vivir en plenitud, respetándonos los unos a los otros, diciéndole adiós a los juicios, aceptando que la vida, el mundo es de colores y punto. ❤️🧡💛💚💙💜

Puedes no entender, se vale estar o no de acuerdo, quizá te guste, tal vez no, a lo mejor te animas a ver el mundo desde otra perspectiva, sin embargo, el secreto está en respetar y ser tolerantes desde AMOR.

Por hoy me despido, nos leemos pronto. Mientras tanto cuéntame si tu mundo es o no de colores.

¡Sí, acepto! 

Estándar

Los pájaros cantaban, abrí los ojos y agradecí por el nuevo día. Salté de la cama, comencé a moverme. Fue entonces cuando te vi, ahí, reflejada en el espejo con esa mirada llena de luz y esa sonrisa, tan tuya.

Miles de recuerdos vinieron a mi mente, vivencias lindas y otras no tanto, sin embargo las veía diferente. Intenté entender qué era lo que percibía de otra manera y descubrí que las contemplaba desde la aceptación, desde ese increíble lugar en el que te das cuenta de que lo que ES, ES y listo. Suena sencillo, pero sé que llevas (llevamos dijo la otra) años trabajando en ello y ver el resultado de frente me llena de emoción.

Qué maravilla poder hacer una recopilación y…

Aceptar que:

  • Los seres humanos nacen, viven y mueren, de ahí que hay que disfrutar cada día como si fuera el último.
  • Las personas son como el viento, unas llegan y se quedan, otras se van.
  • Romperte en mil pedazos es una excelente oportunidad para reconstruirte y convertirte en una mejor persona.
  • Las redes de apoyo son esenciales y se transforman conforme te vas rediseñando.
  • A diferencia de lo que dice Shakira, hay mujeres que lloran y facturan porque una cosa no está peleada con la otra.
  • Tienes un cuerpo hermoso, sin importar la talla, que te ha acompañado a lo largo del camino incondicionalmente.
  • El amor y la magia existen.
  • Toda decisión tiene sus consecuencias.
  • Existe el bien, pero también el mal.
  • Perdonar puede ser difícil, pero es el mejor regalo que te puedes dar.
  • Has venido a este mundo a ser feliz.
  • Dios, Universo, Poder Superior o como le quieras llamar, existe.
  • Eres única e irrepetible, por lo tanto nadie puede brillar como tú.
  • Eres perfectamente imperfecta.

Por estas y mil razones más, hoy te miro a los ojos y te digo: ¡Sí acepto! 

Acepto compartir mi vida contigo, amarte y disfrutar cada instante, celebrar los triunfos y aprender de las derrotas, vivir y dejar vivir.

Y tú… ¿Te aceptas como eres? ¿Te caes bien?

¡Cuéntame y hasta la próxima!

¿Votar o no votar?

Estándar

En mi entrada anterior escribí sobre “La importancia de decidir”. En esta ocasión abordaré el tema desde otra perspectiva.

¡Aquí vamos!

La semana pasada hubo elecciones en dos estados de la República Mexicana. El año que viene habrá elecciones presidenciales tanto en México como en Estados Unidos. Esto me hizo reflexionar sobre la importancia de votar y ¡ojo! No pretendo ponerme a escribir de política, tema del que poco sé y que además no me gusta.

Lo que me llevó a escribir estas líneas fue una conversación que tuve con una taxista el domingo por la noche. Veníamos escuchando los resultados preliminares de la elección y platicando cuando el conductor me dijo: “Ve señorita, es mejor no votar. Igual siempre nos hacen trampa”. Me quedé unos instantes callada y entonces le comenté que yo pensaba que era mejor ejercer nuestro voto y no dejarlo al destino. Al final, gane quien gane, podemos quedarnos tranquilos de haber externado nuestra decisión. 

Y así lo pienso. Todos los seres humanos somos libres de decir lo que pensamos. En el caso de la política se nos dan ciertas opciones para elegir y de ahí saldrá un triunfador, nos guste o no, pero lo importante es haber ejercicio nuestra libertad. Además independientemente de todo, ¿quién no te dice que tu voto fue el que hizo la diferencia en la contienda? Puede ocurrir. 

Mira, yo tengo un grupo de amigas con las que juego dominó cubano todas las semanas y hace unos días me tocó ganar a mí. ¿Sabes por cuántos puntos le gané a la que quedó en segundo lugar? Por UN punto, fue solo un punto el que hizo la diferencia.

Quizá me dirás: ¿Qué tiene que ver el dominó con votar o no? Pues todo, porque tu voto puede ser “ese punto” que cambie el destino de una elección.

La vida es un juego en que a veces se gana y otras se pierde, pero para llegar a ese resultado hay que jugar. Si no juegas (se lee si no votas)… ¿Cómo pretendes hacer la diferencia, ganar? ¿Cómo se te ocurre si quiera opinar y/o quejarte por los resultados?

Hoy te invito a que seamos conscientes y responsables como ciudadanos, como individuos que elegimos vivir en una sociedad. Pensémoslo con detenimiento, sin dejarnos llevar por las emociones. No permitamos que otros decidan por nosotros sin al menos haber levantado la mano. Si por algo llega a suceder (porque sabemos que ocurre) podemos quedarnos en paz de haber externado libremente nuestro voto, nuestra opinión.

¿Qué dices?

Hasta aquí por ahora.

Nos leemos la semana que viene.