
Llevo días, pensando en la belleza de lo sencillo. Da vueltas por mi cabeza sin saber cómo salir, cómo expresarlo, pero parece que aquí va…
A veces vamos tan rápido, vivimos tan preocupados y ocupados por lo que “tenemos” que hacer, que no nos detenemos a ver las hermosas pequeñas / grandes cosas, experiencias, paisajes que se nos presentan en nuestro andar. Nos olvidamos de la belleza que los pequeños detalles tienen.
Aquí algunos ejemplos:
- Una caminata por el bosque tomada(o) su mano.
- Andar en bici una hermosa mañana.
- Conectar con tu pareja mirándola a los ojos.
- Un abrazo.
- Escribir o leer un mensaje de texto de alguien especial.
- Que tu chico se ponga la camiseta que te fascina.
- Preparar y/o que te preparen un rico desayuno.
- Compartir tu tiempo con alguien que quieres.
- Dar un beso.
- Acariciar la mano de esa personita que te encanta.
- Una llamada.
- Platicar con los seres que amas.
- Voltear tu vista al cielo y contemplar sus colores, las nubes y sus diferentes formas.
- Sentarte en el parque y escuchar a los pájaros cantar.
- Dejarte acariciar por el suave viento.
- Disfrutar de un baño de regadera o tina.
- Dejarte maravillar por la sonrisa de alguien.
- Escuchar las carcajadas de tu persona favorita.
- Tener un detalle con alguien que te importa.
- Caminar bajo la lluvia.
- Arreglar tu coche.
- Fundirte con el silencio.
- Conectar con la naturaleza.
- Leer sobre lo que te interesa.
- Admirar el trabajo de alguien.
- Escribir una notita.
- Encontrar corazones, plumitas, mariposas en tu andar.
- Mirar la luna.
- Observar los árboles, las plantas y flores.
En fin… Son tantas y tantas cosas que no terminaríamos.
Hoy te invito a que hagas lo siguiente: Para, inhala, exhala, conecta y vuelve a empezar. Agradece la belleza de lo sencillo y déjate sorprender por los pequeños detalles que esta hermosa vida tiene para ti.
Ya me contarás cómo te va.