Y tú… ¿Cuidas tu salud espiritual?

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En días recientes he observado que la gente vive sumamente preocupada por cuidar su salud física, muertos del miedo de que el Sr. Covid llame a su puerta, se lavan más manos mil y un veces al día, desinfectan todo, limpian y limpian, hay quienes salen lo indispensable a la calle y así pasan los días, rogando a Dios para que «esto» pronto termine.

Lo que ha llamado mi atención es que cuando oigo la lista de cuidados o medidas que están tomando, escucho que muy pocas personas se están ocupando de su salud espiritual y ¿sabes? Creo que hacernos cargo de ella ayuda (y mucho) a transitar cualquier dificultad (la que sea que estés pasando) de otra manera. Es decir, cuando incluimos a la salud espiritual dentro de nuestra lista de pendientes y hacemos algo al respecto, nuestra actitud y nuestro alrededor cambia.

Apapachar a nuestro espíritu, confiar en que hay un poder superior que cuida de nosotros, buscar momentos para meditar y contactar con nuestro «yo interior», practicar yoga, tal vez una caminata por el parque, quizá ir a terapia (puede ser el dinero mejor invertido) reír, escribir, escuchar música, leer, etc., son actividades que alimentan el espíritu y que seguramente te sumarán más que leer noticas, estar metido en la redes sociales (sin elegir amorosamente que sí y que no ves), escuchar «la mañanera», en fin.

Si encontramos el justo medio y atendemos tanto a nuestra salud física como la espiritual, estaremos del otro lado. De ti, de mí, de cada uno depende el cómo quiere vivir cada día. Estoy consciente de que estamos atravesando tiempos diferentes, pero eso no significa que los debamos vivir inmersos en la histeria colectiva, tirados al drama y que dejemos de ser empáticos los unos con los otros. ¡Y ojo! Ser empáticos significa tener la capacidad de percibir en los sentimientos, pensamientos y emociones de los demás; entenderlos desde su punto de vista en vez del propio, sin embargo no implica mirar el mundo de color negro y sufrir a la par con ellos, absorbiendo sus problemas y emociones.

Hablando de lo que estamos viviendo actualmente, aunque la solución parece saltar a la vista, personalmente considero que aún nos falta un buen rato para terminar del transitar por esta pandemia. Hay mucho aún por hacer, por aprender, por compartir, por transformar. La tarea en principio es individual, uno a uno para después irla difundiendo a más personas a fin de que lleguemos todos a trabajar en equipo, unidos por el amor de los unos a los otros. Imagínate… Si tú cuidas de tu salud espiritual y estás en paz, seguramente tu pareja, tus hijos y amigos lo percibirán y de alguna manera tendrás una influencia sobre ellos. Y de la misma manera sucederá si optas por vivir en estrés. ¡Piénsalo! Recuerda que lo que tú no hagas por ti, NADIE más lo hará.

Cuéntame, ¿tú que estás haciendo para cuidar tu salud espiritual? Los leo…

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