De un tiempo a la fecha por lo que leo y escucho pareciera indicar que vivimos en una constante queja. En un principio pensé que esto tenía que ver únicamente con política, pero la semana la semana pasada caí en cuenta que no es así. Recordé aquella frase que me decían mis padres: “Con nada te tengo contenta” y por eso decidí escribir estas líneas.
- Que si los días están bonitos y hace mucho calor, ¡qué horror!
- Que una de las candidatas a la presidencia de la República decidió salir de la contienda, ¡¿cómo se le ocurre?!
- Que si llueve, ¡no puede ser, se inundan las calles!
- Que nos dieron la sede compartida para el Mundial 2026, ¡circo para el pueblo!
Y así me puedo seguir…
Me pregunto, ¿cómo podemos vivir así, quejándonos por todo y de todo?
Entiendo que haya un descontento general, pero ¿en todo? ¿No hay nada en tu vida que marche bien? ¿De verdad no existe socialmente algo positivo que valga la pena compartir, que nos una como nación? ¿Tiene que volver a temblar para que trabajemos en equipo y veamos al de junto?
Hablando del gobierno, que tan de “moda “está, a veces me da la impresión que la gente lo ve como su “papá”, como si él fuera el responsable de todo lo que pasa y lo que no. La realidad, desde mi muy particular punto de vista, es otra. Cada una de las partes tiene sus tareas a realizar, al final es el trabajo en equipo lo que nos llevará al resultado. Estoy de acuerdo que hay muchas cosas por cambiar, que queremos que la violencia se acabe, que no exista corrupción, que los días estén bonitos, que no llueva tanto, que México pase a octavos de final, en fin. Hay tanto que modificar, pero sería idealista pensar que lo lograremos de la noche a la mañana. Es necesario ir paso a paso, ser congruentes, tolerantes y trabajar unidos.
En lugar de tanta queja, quizá valdría la pena accionarnos y empezar a transformar nuestro entorno desde casa, con la gente que tenemos cerca, ayudando al necesitado, regalando una sonrisa en la calle, cediendo el lugar a quien lo requiera en el metro, siendo productivos en nuestro trabajo, etc.
¿Qué sucedería si esa energía y tiempo que dedicamos a quejarnos lo aprovecháramos para crear y pasar tiempo de calidad con nuestros seres queridos? ¿Cómo sería si en lugar de ver cómo haces dinero fácil engañando a otros, trabajaras honestamente? ¿Qué pasaría si te enfocas en las cosas, momentos y personas lindas que están en tu vida y agradecieras por ello? ¿Y si pensaras dos veces antes de quejarte?
Personalmente creo que hay esperanza. Me cuesta mucho pensar que todo está perdido, ser negativo 24 por 24. Sin embargo, tú eres el constructor de tu propio destino, tú manejas tu vida, así que en ti está elegir cómo quieres vivir.
Mi mundo no es color de rosa, los que me conocen bien lo saben. Es simplemente mi enfoque, el creer que las cosas pueden ser diferentes y mi amor por la vida lo que me mantiene en pie, lo que me lleva a crear, a compartir, a soñar, a sumar desde el lugar que tengo en este mundo.