Siempre he creído que la mejor manera de abordar un tema, hablar de algo (en este caso escribir) es desde la propia experiencia y es por eso que me decidí a compartir estas líneas contigo.
Ayer, mientras revisaba mi Facebook en algún momento del día, me encontré un comentario de ex compañera del colegio, en el que hacía referencia a la pérdida de peso y decía que sólo había perdido algunos gramos cuando requiere bajar varios kilos, pero terminaba afirmado que sí se podía y… ¿saben? Tiene razón, claro que es posible.
Estar pasado de peso no es sano y va más allá de la estética. A mis 38 años creo que he experimentado y hecho todas las dietas del mundo. Mi historia con el sobrepeso comenzó cuando tenía 14 años, así que imagínense. “¡Qué desesperación!”, he pensado más de una vez. “¡Qué difícil es bajar!”, “Estoy harta”, en fin. He pasado por un sin fin de emociones y tratamientos, sin embargo, hoy que vuelvo la vista atrás, reconozco que algo he aprendido. En este momento de mi vida, nuevamente estoy en la aventura de la pérdida de peso. Aquí les dejo algunos tips que a mí me han funcionado.
- Ir con un especialista. En mi opinión lo mejor es buscar un nutriólogo que te enseñe a comer sano. Además es importante que te caiga bien y te inspire para lograr tu objetivo.
- Haz ejercicio: es parte fundamental para la pérdida de peso. Ya sé que quizás me dirás: “a mí no me gusta”, pero créeme que si buscas puedes encontrar uno que te llame la atención. En mi caso, estoy encantada con un “gimnasio” que se llama “Curves”. Voy de 3 a 5 veces por semana, sólo por 30 minutos. Está abierto de 7 am a las 8 pm y puedes empezar el circuito a la hora que llegues. Esto me ha servido para no “boicotearme” porque no existe el pretexto de no hay tiempo, no llegué a la clase, en fin…
- Ámate a ti mism@. Cuídate, apapáchate, consiéntete. Es increíble como podemos ser amorosos con otras personas y a nuestro cuerpo lo tratamos a las patadas, lo mal alimentamos. Nos decimos todo el tiempo que estamos gordas, refunfuñamos de nuestras curvas y así. ¿Cómo queremos que reaccione? ¿Qué sucedería si nos tratamos cariñosamente? ¿Cómo sería hablar con tu cuerpo, pedirle que te ayude para perder esos kilos de más, decirle que lo amas, aprender a escucharlo? Así como haces con las personas que te rodean, cuando llega una amiga que terminó con el novio, igual. Trátalo con cariño.
- Cambia tu forma de pensar. Si todo el tiempo estás afirmando que bajar de peso es difícil, que estás hecha una ballena… ¿Adivina que va a pasar? Encontrarás la evidencia necesaria de que es así. Tu cuerpo te está escuchando. Cambia tus pensamientos, haz afirmaciones positivas que animen a ti y a tu cuerpo a llegar al objetivo.
- No te pongas metas a largo plazo. Si requieres bajar 10 kgs. piensa primero en 2 kg., luego otros 2 y así hasta que cumplas tu meta.
- Reconócete cada logro. Si bajaste 600 grs. ¡Super! Se dice fácil, pero implicó un cambio de hábitos y un esfuerzo de tu parte para lograrlo, así que celébralo. ¿Cómo? Cómprate algo, platícalo con tus amistades (con las que sabes que les da gusto, porque luego hay cada amargocita por ahí, que no la necesitamos), date el gusto de comer algo que hace días o meses no comes. ¡Ojo! No se trata de darte un mega atascón, simplemente de hacerte un regalo. ¡Ah, y por favor! Si alguien te dice estás bajando de peso respóndele con una gran sonrisa: “¡Sí! ¿Ya se nota verdad?”. Por amor de Dios, no salgas con el típico comentario: “Sí, un poquito, pero aún me falta mucho”.
- Ten comida sana en casa. Si vives sol@ procura tener siempre alimentos nutritivos en casa y no comprar dulces, galletas y esas cosas que no ayudan en este momento. ¡Ah! Y si eres tú la que hace el mercado, nunca vayas cuando tengas hambre. Procura ir al super después de comer, cuando estés satisfecha, ya que eso evitará que compres antojitos y de más. Hacer una lista de lo que necesitas, también puede ayudarte mucho.
- Saca la ropa que ya no te queda. Conforme vayas bajando de peso, ve sacando toda esa ropa que comienza a quedarte grande. No hagas como una persona que conozco que tiene en su clóset de todas las tallas. Date el gusto de cambiar tu guardarropa. ¡Te lo mereces!
- Disfruta el viaje. Bajar de peso puede ser una experiencia divertida si tú así lo deseas, también puedes elegir padecerlo. En mi caso yo me divierto diciendo y pensando que ir a hacer ejercicio es ir a moldear mis curvas o también darle al cuerpo lo que pide, y en lugar de pensar estoy a dieta pienso estoy en proceso de “inversión de curvas”.
Hasta aquí por hoy. Confío que te sirvan de algo estas palabras, ya me contarás. Te dejo porque llegó la hora feliz del día: ir a moldear mis curvas.