Ir al gimnasio, más que una experiencia

Estándar

Gym-2Ir al gimnasio parece estar de moda, sin embargo ejercitarte va más allá. Ponernos en movimiento nos ayuda para tener un buena salud, para refrescar la mente y las ideas, para cuidar nuestro cuerpo y además puede resultar muy divertido.

Siempre pensé que las personas que iban al gimnasio eran las que tenían el super cuerpo; gente frívola y payasa; además vivía convencida de que asistir a estos lugares era aburrido y cansado; que la gente convivía mientras se ejercitaba, en fin. Una serie de creencias que fui acumulando a través de los años y que de pronto me di cuenta que eran solo eso: creencias. Así fue mi primera semana en el gimnasio.

Para empezar descubrí que a los gimnasios asisten todo tipo de personas: altas, chaparras y medias, flacas y gordas, con lentes y sin, blancos y morenos, de todas las edades; unas maquilladas, otras con la cara lavada, algunos con el “almohadazo” y así.

Caí en cuenta que para algunos parece todo un ritual desde que llegan, acomodan sus cosas, se alistan para empezar a hacer el ejercicio, hacen su rutina, se bañan, se arreglan y se van.

Me sorprendí viendo que muchos no se separan del celular ni para ponerse en movimiento. Al parecer como no les agrada mucho la “música ambiental”, por llamarla de algún modo, se enchufan sus audífonos y empiezan a darle con todo. Incluso hay quienes responden mensajes y llamadas.

Por otro lado, personalmente confieso que nunca he puesto mucho empeño en mi ropa para ejercitarme, vamos que sea cómoda, adecuada y ¡listo! Durante estos días comprobé que hay muchos como yo, y otro tanto que van perfectamente combinados y con ropa espacialmente comprada para ocasión. Yo prefiero gastar mi dinero en otro tipo de prendas, cuestión de gustos.

Me asombró gratamente, independientemente de los chicos y chicas con unos cuerpazos, chavos y no tan chavos, encontrarme con personas de juventud acumulada, poniendo lo mejor de sí para activarse y moldear su cuerpo. ¡Vaya que inspiran!

Gym-1Me llamó la atención darme cuenta que lejos de convivir, cada quien va a lo que va, están el tiempo que han destinado a estar y ¡a lo que sigue!

Descubrí también que lejos de ser aburrido, puedes pasarla muy bien, aprender a contactar con partes de tu cuerpo que quizás nunca habías sentido, que es increíble la energía que desprendes y lo bien que te sientes después del ejercicio.

A lo quiero llegar con estas líneas es a invitarte a que vivas nuevas experiencias, a que te regales la oportunidad de hacer cosas diferentes, a que contactes contigo mismo de otra manera. Muchas veces los seres humanos dejamos de hacer cosas por miedo, por nuestras creencias y con ello nos estamos privando de conocer un mundo de posibilidades infinitas. A veces preferirnos quedarnos en nuestra cajita de creencias siendo como somos, por miedo a descubrir lo que podemos llegar a ser.

Si este texto te checa y te mueve a hacer cosas nuevas, está increíble, si no, no pasa nada, pero de una u otra manera estaría padrísimo que compartieras tu experiencia.

¡Hasta la próxima!

 

¿Conectar o desconectar?

Estándar

Conectar-o-desconectarVivimos en un mundo aparentemente muy conectado, a un solo mensaje de nuestros seres queridos, a un clic de accesar a la información en la red, un App te resuelve la vida.

Tan conectados que ya no necesitas ir al centro comercial para buscar el regalo para mamá, ni llegar con tiempo al cine para adquirir tus boletos, todo está en la línea…

Y… ¿qué decir del tema de conseguir pareja? Un App o un portal de citas pueden hacerte parte de la tarea. Incluso hay veces que ya ni vamos al supermercado porque ahora te lo llevan casa.

Así puedo seguir mencionando ejemplo tras ejemplo, pero no quiero sonar grinch.

AMO la tecnología, trabajo con ella todos los días, agradezco infinitamente lo mucho que me (nos) simplifica la vida, sin embargo me aterra lo dependientes que nos hemos vuelto de ella.

EscribirAbro un pequeño paréntesis para compartirte que estas líneas han surgido a la “antigüita”, es decir que están siendo escritas con pluma y papel aunque posteriormente (actualmente para ti) las lees en línea.

Te decía… Me asusta lo pegados que vivimos a la tecnología… Pareciera que nos hemos olvidado lo que es sentarnos a platicar con una amigo o un familiar mirándonos a los ojos, conectando corazón con corazón sin ser interrumpidos por el celular o tomarlo simplemente por “costumbre”.

¿Qué hay de esas reuniones/fiestas en las que conocías nuevas personas para salir o simplemente ser amigos? ¿Qué me dices de aquellas ocasiones en las que te animabas a hablar con desconocidos? Ahora en lugar de eso, ves a no se cuántas personas reunidas en un mismo sitio, pero cada una conectada con el celular.

¿Y dónde quedaron esas vacaciones o días libres en los que te ausentabas del trabajo o de casa, descansabas, recargabas la batería para después regresar y compartir tus experiencias? Hoy parece todo un arte desconectarte y apagar el celular.

Pienso incluso en el tema de las fotos. Antes viajabas con una cámara, capturabas los paisajes que te cautivaban, luego las imprimías y las volvías a ver con tu gente.

Actualmente existe una “extraña” necesidad por fotografiar TODO y además subirlas a la red al instante o mandarlas por WhatsApp. Pareciera que nos hemos olvidado de lo maravilloso que es disfrutar de un paisaje estando 100% presente en el presente, con nuestros sentidos despiertos, no solo con la vista. Esos instantes que llenan el alma, que nos hacen soñar, cargarnos de energía, contactar con nosotros mismos.

Me viene a la mente una mamá que está con su pequeño, que le toma una y otra foto o video, por el motivo que más te guste y por estar pendiente de ello, se pierde de la chispa, el brillo de sentir la emoción del instante.

Un querido amigo algún día me dijo que si estás gozando el momento verdaderamente, no te da tiempo de subirlo a la red y coincido con él al cien.

Conectar-o-desconectarEjemplos hay muchos, sin embargo, creo que de lo que se trata es buscar  un equilibrio. Aprovechar y deleitarse con las facilidades que nos brinda la tecnología sin olvidarnos de la extraordinaria experiencia de conectar con otro ser humano, con la naturaleza, con todas las bendiciones y encuentros mágicos que la vida nos regala día a día, por estar pendientes del celular, por querer capturar un momento con un aparato en lugar de hacerlo con el corazón.

Finalmente cada quien decide cómo quiere vivir, yo solo comparto mi sentir y te invito a que te abras a la posibilidad de conectar con la magia universal. Yo aún declarándome amante de la tecnología seguiré poniendo todo de mí para vivir plenamente esos instantes, para defender mi tiempo de desconexión, para palpar y saborear en conciencia los obsequios que la vida me (nos) da.

 

Una mujer extraordinaria

Estándar

Una mujer extraordinariaUna mujer extraordinaria es aquella que se levanta todos los días con una sonrisa.

Quien se toma un tiempo al día para meditar, para estar consigo misma.

Aquella que reconoce sus emociones, las acaricia y las experimenta.

Una mujer que a pesar de sus pérdidas se pone de pie y sabe dar y escuchar a los demás.

Extraordinaria es la que aprende que el precio a pagar por amar a alguien es del dolor de perderlo/a, pero aún así elige el amor por encima de todo.

Ella sabe ser agradecida y perdonar.

Busca siempre rodearse de gente positiva, que suma en su vida.

Una mujer así es hace todo lo que puede y más para construir cada día la mejor versión de sí misma.

Extraordinaria es quien comparte su tiempo con sus seres queridos y con el mundo.

Es quien ve más allá de su ombligo, apaga sus juicios, es compasiva, empática y ayuda a quien lo necesita.

Aquella que se divierte como niña, que es una soñadora incansable, que juega, ríe, llora.

Es detallista, sincera, coqueta, alegre, honesta, amorosa, comprometida, noble, dadora.

Una mujer que siembra, que cuida, protege y procura el crecimiento de su alma.

Ella AMA, se ENTREGA a la vida y AGRADECE cada instante, cada persona, cada momento, cada experiencia.

Extraordinaria es quien cree que todo pasa por y para algo, y aún cuando no sabe cómo seguir, confía en que el camino y los medios aparecerán. ¡Nunca se da por vencida!

¡Feliz renacimiento!

Estándar

Pisadas-arena

Y aquí estoy otra vez, de regreso al Sol, en casa para celebrar, agradecer, recargarme de energía y renacer.

Hoy miro atrás y al ver mis pisadas en la arena, me invade una inmensa emoción, lágrimas recorren mi rostro y siento unas ganas locas de abrazarme y felicitarme por haber llegado hasta aquí. ¿Cómo le hice? Aún no lo sé.

Vaya que fueron 12 meses diferentes, impregnados de bendiciones y aprendizajes, que me regalaron la oportunidad de conocerme, de recordar mi fortaleza, de tocar fondo para reconstruirme, de experimentar un sin fin de emociones, de llorar como hace mucho tiempo no lo hacía…

52 semanas en las que constaté quiénes son mis verdaderos amigos; me sorprendí descubriendo que la gente que menos tiene es la que más da; comprobé que soy afortunada por dedicarme a lo que me gusta hacer; me di cuenta que el trabajo es la mejor medicina, que aún en los días lluviosos es posible cuidar de tu salud, que no hay acto más responsable que hacerte cargo de tus emociones.

365 días en los que volví a enamorarme de la vida a cada instante; aprendí a vivir un día a la vez, a valorar esa llamada telefónica que borra los kilómetros de distancia, a enfocarme y agradecer todas las bendiciones en mi vida a pesar del punto negro; experimenté que ayudar a los demás hace bien para despejar la mente; corroboré que el que siembra, cosecha y que contar con una red de apoyo hace la diferencia.

IMG_1844Sin duda, estoy aquí, enamorada de la vida, gracias a:

  • Dios y la Virgen: que ni en las noches más obscuras me abandonaron.
  • A mis ángeles (de arriba y de abajo): que nunca me han dejado sola.
  • Al recuerdo de mis padres, a mi hermano y mi Eren: que son mi inspiración y mi motor para crear la mejor versión de mí misma cada día.
  • A mi “Marileo interior” que no me da chance de darme por vencida.
  • A mi adorada familia: esa orquesta en la que cada uno toca su instrumento, tiene su función y que acarician (muchas veces sin darse cuenta) mi corazón.
  • A mis amigos: que me han cuidado y apapachado a lo largo de este viaje.
  • A quienes creyeron en mí aún sin conocerme.
  • A los que me brindaron una palabra de aliento, me escucharon y me regalaron su tiempo, un abrazo, un beso, una mirada…
  • Al amor por la vida.

En tierra firme y lista para comenzar el «MEJOR Año de Mi Vida«, abro los brazos para recibir todas las bendiciones que merezco y que Universo tiene para mí.

¡Gracias, gracias, gracias!

P. D. Y sí: ¡La vida en mejor cantando!

Para y confía

Estándar

Vivimos en un mundo en el que todo es rápido. Basta con apretar un botón para obtener un app, comprar unos boletos, recorrer un museo virtualmente, etc. A veces pareciera que es necesario estar siempre en movimiento, haciendo algo para que las cosas sucedan y que por más que te pones en acción, las cosas/situaciones parecen no cambiar, todo lo contrario es como si se estancaran.

¿Porqué sucede esto? No lo tengo claro aún. Lo que sí es cierto, es que de unas semanas a la fecha, pareciera que el Universo está diciéndote a gritos: “¡Para! Solo confía.”

feet-1567104_1280

Sin embargo, algo dentro de ti empieza a cuestionarte: ¿Cómo vas a detenerte? Necesitas seguirte moviendo, las cosas por sí solas no sucederán.

Y yo te pregunto… ¿Y qué tal si, sí? ¿Cómo sería hacer un alto en el camino, hacer tu pedido y enfocarte en otra cosa? Seguro hay mil y un sueños que tienes en el tintero, muchos deseos que cumplir. ¿Cómo sería invertir tu energía en todo eso que tanto anhelas, el simple hecho de tomar ese libro que aún no has terminado de leer,  en lugar de seguirte desgastado en “eso” que está atorado?

Quizá hoy sea momento de parar y confiar… ¡Déjate sorprender por las maravillas que la vida tiene para ti. Vive feliz y entregado, ve tras lo que quieres, sueña, disfruta, agradece.

Esto también pasará…

¿Porqué a mí?

Estándar

En este viaje llamado vida hay de todo. No es que a la gente buena le pasen cosas buenas y a la mala, malas (ojalá fuera así). No tiene que ver con cómo eres, con lo que tienes.

La vida simplemente te presenta experiencias que, si tú así lo decides, te llevarán a ser un mejor ser humano.

La elección de qué hacer con lo que te pasa, es únicamente tuya y si te preguntas ¿porqué a mí?, te compartiré la respuesta más neutral que he encontrado. Y digo neutral porque la siento libre de cualquier tipo de carga emocional…

questions-1014060_640

 

¿Porqué a ti? ¡Porque sí!

Ahora puedes empezar a hacer o dejar de hacer lo que creas que es mejor para ti, para salir adelante, para brillar con tu luz propia o bien para apagarte y ver la vida pasar, sobreviviendo.

¡Ojo! Nadie dijo que sería fácil, pero tampoco que sea imposible…

¡Ánimo, paciencia, fuerza y amor! Nada es para siempre y esto también pasará.

La cómoda desarreglada

Estándar
Imagen vía Pinterest.es

Imagen vía: pinterest.es

Cuando aprendes desde pequeño a ser organizado, cuando te enseñan que: «un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar», resulta complicado «acostumbrarte» al desorden, y más cuando de alguna manera los desarreglos los hayas generado «inconscientemente».

Quisieras poner todo en su sitio, pero a veces simplemente no se puede, no es tan sencillo.

Y es que la lección que quizá no te enseñaron es que en la vida, a veces las cosas, las emociones, las circunstancias se desordenan, se mueven, cambian, se transforman. Es entonces cuando toca aprender a acomodarlas de nuevo.

Es como si tuvieras una cómoda llena de cajones, pero no encontraras el lugar para cada cosa, para cada emoción, como si las prendas fueran «rebeldes», al grado que se salen y no te permiten cerrar el cajón.

¿Qué hacer entonces? ¡Paciencia! Ha llegado el momento de aprender a vivir así, a darte chance de tener las cosas/emociones fuera de su sitio por ahora e irlas acomodando poco a poco. Recuerda: Nada es para siempre. Llegará el día en que nuevamente quepa todo en tu cómoda; seguramente habrá cosas nuevas y quizá algunos objetos hayan cambiado de cajón o ya no quepan.

Mientras ese día llega, no dejes de disfrutar cada instante, de buscar dentro y/o fuera de ti las respuestas, experimentar la paciencia, ser amoroso contigo.

Todo está y estará bien, y más si aprendes a gozar del proceso o por lo menos a no resistirlo y fluir con él.

 

Reencuentro

Estándar
Reencuentros

Reencuentros 2017

Vaya que 2017 ha sido un año diferente. Después de mucho pensar, finalmente llegó a mí la palabra que lo describe casi perfectamente, al menos desde mi experiencia: REENCUENTRO.

Comenzaba el año con un reencuentro con la familia y amigos, de esos que llenan el corazón de amor y recargan la batería. Gracias a Dios sucedió así y gracias por nunca soltarme.

Llegó marzo, mi mes favorito y con él, la emoción de reencontrarme con mi gusto por la cocina y preparar una comida de cumpleaños, celebrar la vida de uno de mis grandes amores. También hubo inesperadas partidas que llevaron al reencuentro de una hija con su madre.

Abril apareció acompañado de un reencuentro con la tristeza y el dolor, que aunque no tienen nada de lindos, son emociones que experimentamos los seres humanos, que forman parte de la vida y nos hacen crecer. Como duele ver a alguien que amas sufrir.

Mayo me regaló muchos reencuentros. El primero fue con uno de mis ángeles de la Tierra, a quien hace años no veía. El segundo y más intenso fue con la verdad. De pronto cayó el telón y no hubo nada que ocultar. Redescubrí a mis verdaderos amigos, los que están ahí sin importar hace cuánto tiempo no los hayas visto ni llamado. Me encontré de nuevo con mi incomparable familia, esa que está, a aún a pesar de los más de 3 mil kilómetros que nos separan. Recibí una lluvia de amor, entendimiento, complicidad, apoyo y recordé que en realidad hay cosas en esta vida no tienen precio. ¡Qué importante es la verdad! Hablar con ella, actuar desde ella, ser honesto, limpio, vivir con la conciencia tranquila. ¡Vaya lección!

Y aterrizó junio… Volvimos a pasar una noche juntos después de años de no hacerlo y ésta sería la última y el principio de muchas. ¡Inolvidable, mágica, entrañable! Le siguió, sin duda a equivocarme, el mejor reencuentro del año: Ella y Él, después de 22 años 6 meses y 4 días se volvieron a reunir y esta vez sí estarían juntos y para siempre. Luego llegaría una lluvia de abrazos, de amor y amistad incondicional que se convertirían en la medicina para seguir adelante.

El tiempo siguió su curso… Julio tuvo lo suyo. Por un lado, un nuevo proyecto me reencontró con mi parte creativa y el aprendizaje. Por otro, fue un encuentro con la oscuridad, la hipocresía, los escombros, pero tocar ese dolor, esas emociones que lastiman en lo más profundo de tu ser, ese sentirte muerto en vida, fue lo que me llevaría a buscar un nuevo camino para poder reencontrarme conmigo misma.

Y fue así que en agosto inició la reconstrucción que se convertiría en toda una experiencia llena de retos, magia, pero sobretodo amor por la vida, amor por mí misma. #UnDíaALaVez

En septiembre se dio otro reencuentro, éste sería musical. ¡Qué maravilla volar a través del tiempo, recordar, bailar, gritar y hasta llorar con Timbiriche! Indudablemente la vida es y será siempre mejor cantando. Días después, todo se volvería a mover, lo que me permitió compartir con mi compañero de juegos, no solo la tristeza sino también un techo, alimentos, charlas e inolvidables recuerdos. ¡Y qué decir del reencuentro con mi amiga y periodista favorita!

Octubre llamaba a la puerta y con él llegaría el reencuentro con la claridad, saber y reconocer lo que sí quiero en la vida y trabajar en ello para lograrlo. Volver al mar, acariciar la arena, saborear un atardecer. Regalarme la oportunidad de coincidir con la mujer que habita en mí, con esa sonrisa pícara, sentir mariposas en el estómago. Dejar el pasado atrás y poder conectar con la gente viéndole a los ojos. Reencontrarme con las letras y experimentar esa incomparable pasión por querer escribir y compartir historias, sentimientos, experiencias.

Y noviembre, dulce noviembre. Encontrar de nuevo la fuerza interior para realizar los sueños, callar al miedo, confiar en el Universo, darme la oportunidad de experimentar y sentir. Soñar con la certeza de que sucederá.

Aún falta camino por andar… 42 días por vivir, lo que significa que seguramente aún hay reencuentros por disfrutar.

Hoy solo me queda decir: Gracias 2017 por los reencuentros, por permitirme llegar hasta aquí y por compartirlo.

Celebrar la vida

Estándar

Captura de pantalla 2017-03-30 a la(s) 17.58.07

Marzo, mes para renacer, agradecer, sonreír, volver a empezar, coincidir. Tiempo para celebrar la vida en todos los sentidos.

Sin lugar a dudas, mi mes favorito del año, en el que vuelvo a casa, cuando regreso al Sol para llenarme de energía y comenzar una nueva aventura. Con un año más de experiencia que me hace ser la mujer que soy.

Días para agradecer estar viva y celebrar incluso la vida de quienes ya han partido. Indudablemente hay gente que ya no está en este plano, sin embargo eso no significa que no vivan en nuestra mente y corazón.

Mes de contrastes: vida y muerte, bienvenidas y despedidas, luz y oscuridad, inicios y finales, deseos y frustraciones, alegrías y tristezas. Opuestos que se atraen y que se convierten en una magnífica oportunidad para brindar por el hoy, por el aquí y el ahora, por el presente, ya sea desde la felicidad o desde un corazón acongojado. Decir salud por el regalo de estar vivos, rodeados de personas con nos aman, por nuestros éxitos y fracasos, por aquello que tenemos y por lo que aún está por llegar.

Hoy celebro con una gran sonrisa:

  • El haberte conocido.
  • La bendición de compartir contigo una mirada, una comida, una platica, una velada, unos días, en el presente o través de mis recuerdos.
  • El hecho de coincidir, aunque haya sido por instantes.
  • El gusto de poder estrecharte en mis brazos y regalarte un abrazo que tranquilice un corazón agitado.
  • La delicia de haberte besado, aun cuando solo haya sido en sueños.
  • La maravilla de escuchar tu voz a través del teléfono.
  • El milagro de poder observar con mis ojos tu carita que me llena de alegría.
  • El privilegio de poder escribir unas líneas inspiradas en ti, en ellos, en mí.
  • El oler tu perfume y recordar su dulce aroma.
  • El descubrir que no soy tan importante como creí para ti y poder dejarte ir para seguir.
  • El ser quien soy y aportar desde ahí lo mejor que hay en mí.
  • Que tu camino y el mío se hayan cruzado.
  • El haber podido tocar por lo menos un corazón.
  • El transformar un momento en algo muy especial.

Y así podría seguir escribiendo las mil y una razones para celebrar, pero por hoy me despido con una sola petición: “Sé feliz cada día, festeja y agradece el estar vivo, que lo demás llegará por añadidura”.

De regreso al Sol

Estándar

fullsizerenderY aquí estoy de nuevo, 365 días después, de regreso al Sol. Vuelo a casa, como aquel día que llegué a este mundo de la mano de quienes me dieron la vida. En aquel entonces qué iba yo a imaginar (aunque hay quienes sostienen que yo elegí lo que elegí antes de llegar a este plano) todo lo que estaba por vivir.

Hoy orgullosamente llego a mis 42 años, feliz, agradecida y enamorada de la vida. Me siento una mujer plena, afortunada, orgullosa de lo que he construido, llena de bendiciones, con muchos sueños realizados y otros tantos aún en el tintero.

Tengo una familia maravillosa, y aunque en su mayoría está a kilómetros de distancia, nuestros corazones están bien cerquita. Dentro de esa hermosa familia también existen algunas ausencias terrenales, personas que espiritualmente viven en mí y, UNA en especial, que siempre me ha guiado para estar hoy aquí.

Durante el recorrido he conocido grandes maestros, cuyas lecciones me han forjado. Unas han sido sencillas, otras no tanto, sin embargo he optado por quedarme con los buenos momentos y lo demás dejarlo ir. ¿Para qué desgastarme con lo que no lo merece?

¿Y qué decir de los amigos? ¡Mejor imposible! Dichosa y agradecida por poder contar con el amor y el apoyo de mis amigos de la infancia, la universidad, el trabajo, la vida, los incondicionales. Sin ustedes mi vida no sería lo mismo.

Mis ángeles terrenales, pocos, pero siempre conspirando a mi favor para sacar lo mejor de mí, realizar mis sueños, robarme muchas risas, algunas lágrimas (de felicidad obvio) y porque no decirlo alguno que otro suspiro, de esos que solo vienen de un corazón enamorado.

Los niños: Mis sobrinos adorados, los adoptivos, mis ahijados únicos e irrepetibles: Son uno de los motores que me impulsan a seguir adelante, que alegran mi existir (cada uno con su propia personalidad) y me recuerdan la simplicidad de vivir y disfrutar cada instante.

Mis clientes, jefes y compañeros laborales, ¡me saqué la lotería! Es un agasajo trabajar con personas profesionales de las que cada día aprendo algo, que me llevan a esforzarme para dar un mejor servicio, que valoran mi trabajo, que se saben reír y divertirse en los momentos de tensión, que saben ser seres humanos. Simplemente ¡me saqué el premio mayor!

Finalmente y no por eso menos importante, está eso que llamamos Fe en Dios, la Virgen, los Ángeles, Universo, Buda, cualquiera que sea tu filosofía. Mamá agradezco infinitamente que me la hayas inculcado, porque es Ella la que me ha sostenido en los momentos más difíciles y con quien he celebrado los más felices.

A todos y cada una de la personas que me he cruzado durante estos primeros 42, con los que coincidí durante los últimos 365 días: ¡Gracias Totales!

Sol te veo el año que viene…