La importancia de decidir

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En un abrir y cerrar de ojos pasaron dos años desde la última vez que escribí por aquí. ¡Y qué digo por aquí! Dos años que se fueron así, sin escribir, alejada por completo de las reflexiones que me gusta compartir.

Pero aquí estoy de nuevo, lista y con las ganas de dejar algo de mí…

Llevo tiempo meditando la importancia de la palabra decidir. Esa que nos hace pensar en los pros y los contras de una situación para después actuar en consecuencia y tomar uno u otro camino.

Se lee sencillo y en muchas ocasiones lo es, otras no. Sin embargo, a veces aún después de haber hecho un análisis nos dejamos llevar por la emoción o por la confianza (¿qué puede salir mal si somos amigos?) o porque pensamos que es la ruta más fácil.

Lo cierto es que cuando decidimos lo hacemos con las herramientas que tenemos al momento, con la conciencia y con la intención de que será lo mejor para nosotros. Pocas veces recordamos que a cada acción, a cada decisión, corresponde una consecuencia, buena o mala, prefiero no añadir adjetivos. Incluso una decisión nos puede llevar a un sin fin de consecuencias, que ni siquiera no pasan por la cabeza a la hora de tomarla.

Hoy a esas consecuencias me gusta llamarles aprendizajes y nuevamente lo dejo sin adjetivos para evitar darle una carga emocional que a veces puede pesar mucho.

Esos aprendizajes pueden llevarnos a destruirnos o construirnos en una mejor persona. Y ahí somos nosotros nuevamente los que volvemos a decidir qué queremos hacer: lamentarnos, victimizarnos, enojarnos, amargarnos, matar nuestros sueños o “tomar la sartén por el mango”, hacernos responsables, pedir apoyo y con humildad reconocer que nos equivocamos y volver a construir esa vida que siempre soñamos.

¡Tú eliges!

Lo más importante es dejar de culparte, perdonarte, recordar que no eres la misma persona que tomó aquella decisión. Los días, meses, años y la experiencia te han ido moldeando en el ser humano que eres hoy.

Así que en tus manos está  decidir de nuevo, volver a elegir y hacer de tus días eso que sí quieres.

Ya sé que se lee fácil y más si estás pasando con un momento “diferente”, pero créeme que estoy clara del trabajo que implica, de lo difícil que puede ser en ocasiones y justamente porque he estado ahí es que te digo que se puede.

Como bien dice una de mis amigas más queridas: Un día a la vez. (#UnDíaALaVez)

Decidir tiene lo suyo, es parte de la vida, como lo son las consecuencias y hay que aprender de ellas y a veces toca aprender a vivir con ellas.

Recuerda nada es para siempre, es solo por ahora.

Que nada ni nadie te detenga. Vive, aprende y acuérdate que tú eres la persona más importante.

Hasta aquí por ahora. Nos leemos el próximo lunes, es un compromiso.

¡Gracias por estar!

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