Quería que fueras tú

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Nuestros caminos se cruzaron en una de las etapas más grises y difíciles de mi vida. Fue como cuando el sol comienza a salir tras días de lluvia y poco a poco va iluminando y calentando el ambiente.

Era medio día cuando te conocí. Tenerte frente a mí, me hizo sentir un festín de sensaciones que me hicieron revivir. Y así fui soñando, imaginando, sintiendo…

Quería que fueras tú… El amor que tanto había anhelado, el hombre de mi vida, mi compañero, mi amigo, mi amante.

Quería que fueras tú, quien mi piel acariciara, el que mis besos robara, quien con sus brazos fuertemente me abrazara.

Sólo quería que fueras tú… Que te quedaras a mi lado, que me escucharas.

Busqué el camino que a tu corazón me llevara, quise convertirme en la mujer que tu amor conquistara, ganarme un lugar especial en tu vida, sólo quería que fueras tú…

Miraba tus ojos, tu sonrisa me cautivaba, tus manos las mías acariciaban. Tus mensajes mi risa robaban, tu picardía me enamoraba, escucharte hablar de ángeles al cielo me llevaba…

Quería que fueras tú…

Quien me eligiera, quien por mí luchara, que juntos la vida disfrutáramos.

Sólo quería que fueras tú, pero olvidé detalle, que en el corazón no se manda, sólo se siente…

¡Gracias 2018!

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Gracias-2018En un abrir y cerrar de ojos han pasado 364 días. Doce meses que estuvieron llenos de todo un poco: Encuentros y desencuentros; enfermedades, desilusión, traiciones; trabajo, logros, éxitos; nacimientos y muertes; alegrías y tristezas, grandes retos; besos y abrazos, viajes, magia, música; trabajo personal, sueños hechos realidad, cierre de ciclos, nuevas amistades; libros, metas alcanzadas, amor; aprendizaje, en fin.

Ya nos somos los que solíamos ser, algo sucedió. Las experiencias de la vida nos han cambiando, a cada uno de diferente manera, pero al final creo que todos, al menos aquellos que nos gloriamos de llamarnos seres humanos, podemos decir que nos hemos transformado. A veces con gusto, otras con susto y unas cuantas a punta de tropiezos.

Personalmente, estas 52 semanas estuvieron impregnadas de aprendizaje, aprendizaje y más aprendizaje. Un año diferente en el que me quedó claro que o aprendía la lección o me reprobarían de nuevo. Cada día se convirtió en una oportunidad para dar gracias, para ponerme de pie, secar las lágrimas, sonreír y trabajar personal y profesionalmente para realizar mis sueños. La vida me sorprendió con experiencias increíbles, en toda la extensión de la palabra, en las que no había otra salida que tomar el “toro por los cuernos” y continuar andando. También me recordó que la magia existe, que las personas que te aman nunca se van, que estar con la familia #NoTienePrecio (aunque solo sea por unas horas), que los días están compuestos por instantes y que la vida siempre será mejor cantando.

En resumen no tengo más que decir que: ¡Gracias 2018 por todo y tanto!

Y gracias a ti, que a lo largo de un poco más de 6 meses, te has tomado un tiempo para leer mis publicaciones semanales y comentarlas. Sin ti este blog no tendría sentido.

Cuéntame, ¿cómo fue tu 2018? Me encantaría leerte.

Te espero en el 2019, ¡Feliz Año!

 

El valor de tu nombre

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El-valor-de-tu-nombreTodos los seres humanos tenemos un nombre y un apellido que nos distingue a unos de otros. Un nombre que nuestros padres eligen, incluso antes de que lleguemos a este mundo. Parece que llamarnos de una u otra manera es de lo más normal, sin embargo ¿alguna vez te has puesto a pensar, qué valor tiene tu nombre? Porque aunque no lo creas tu nombre vale. ¿Cómo así?

Desde pequeños vamos construyendo con acciones la valía de nuestro nombre. En la medida en la que vamos siendo conscientes, alineamos nuestra forma de pensar con la manera en que actuamos, es decir somos personas coherentes. Además en casa aprendemos valores para aplicar en el día a día, por ejemplo: la honestidad, la lealtad, la sinceridad, la integridad, en fin. Cada una de esas palabras va sumando, es decir le va dando un valor a nuestro nombre.

De ahí la importancia de cuidarlo, de enseñarle a los hijos desde pequeños, que su nombre es como la ropa interior: ¡Jamás se presta!, es para uso exclusivo de ellos.

Parece obvio, pero cuántos adultos no han “prestado” su nombre a otros para obtener un beneficio. ¿Cuánta gente no pide un recibo para cobrar más o realizar un trámite?

Aparentemente no pasa nada. Lo grave son las consecuencias que puede tener si alguien hace algo mal uso de tu nombre, porque ante el resto del mundo el único responsable serás tú. Tu nombre NO tiene precio, su valor es incalculable, vale todo el oro y el dinero del mundo, tu paz y tu tranquilidad, tu libertad.

Por ello, antes de buscar el camino fácil para ganar más “haciendo trampa”, corriendo riesgos innecesarios, recuerda lo que vale tu identidad, los años que te ha llevado ser quien eres, construir ese templo llamado: “Juan Pérez”.

Es preferible ir por la derecha y despacio, que por la izquierda y rápido.

¿Y vivieron felices?

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Y-vivieron-felicesQué más quisiéramos que todos los finales fueran felices y para siempre, sin embargo a veces no es posible.

A veces la convivencia diaria, los problemas, los diferentes puntos de vista, los viajes, el exceso ola falta de trabajo, la economía familiar, una mala comunicación, entre muchas otras circunstancias hacen que dos corazones que estaban juntos y se amaban se vayan separando poco a poco.

Ese alejamiento hace que la relación se vuelva monótona, distante, quizá amable, pero sin chispa. Quizá sea el momento de ponerse en acción para salvar la relación, quizá una terapia de pareja, tal vez poner ambos de su parte, a lo mejor recurrir al romanticismo y los detalles para volverse a enamorar… ¿Y si nada funciona? La separación.

Pero… El divorcio cuesta; no queremos lastimar a los niños. ¿Será que debemos continuar juntos? Te preguntas.

Entonces llega el recordatorio: Viniste a esta vida para ser feliz, para disfrutar, para vivir en plenitud. Quedarte en una relación que ya no funciona por tus hijos es solo un pretexto. Los niños necesitan padres felices, un hogar donde reine la armonía, el ejemplo de unos progenitores que se aman, se procuran, se respetan, no ver a dos adultos que a penas se dirigen la palabra, que se evaden, que están tristes o enojados la mayor parte del tiempo.

Muchas veces divorciarse es la mejor opción para todos, una nueva oportunidad para volver a amar, empezando por ti mismo, la posibilidad de elegir nuevamente ser feliz y enseñar a tus hijos a serlo.

¡Ojo! No estoy diciendo que a la primera de cambios salgas huyendo o como muchos piensan hoy en día: nos casamos y si no funciona nos separamos.

Estar en una relación implica responsabilidad y compromiso, contigo mismo y con tu pareja.

No te niegues el derecho de ser feliz, a sonreír como solo tú sabes hacerlo, a vivir en plenitud y regalar ese ejemplo a tus hijos.

¡Llegó diciembre!

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Llego-diciembreLlegó el último mes del 2018 y con él una de la épocas más lindas del año. Diciembre, doceavo mes, tiempo de cerrar ciclos, días de reflexión, de reencuentros, ideales para dejar que los sentimientos afloren.

Las casas, los establecimientos comerciales, las calles se inundan de luces de colores, aparecen los tradicionales arbolitos de navidad, los significativos nacimientos.

La gente sale a las calles, muy abrigados en el hemisferio norte, con ropa ligera en el sur; los villancicos se ponen de moda; comienzan los desayunos, comidas y cenas de fin de año.

A partir del 16 de diciembre en México y otros países de Centro América comienzan las posadas mientras que en Colombia las familias católicas se reúnen para cantar la novena.

Los aeropuertos comienzan a llenase con las idas y venidas de personas que viajan para reunirse con los suyos. Y qué decir de los centros comerciales que pareciera se vuelven los protagonistas de la historia: abarrotados de gente haciendo compras navideñas. Es como si esta temporada la vida se acelerara y hubiera que vivirla rápidamente…

Por otro lado, la nostalgia invade el aire de aquellos que recordamos a nuestros seres queridos fallecidos. A muchos se nos nublan los ojos y dejamos que las lágrimas corran, sin embargo el corazón sonríe al pensar en los momentos vividos, en la bendición de haber conocido y amado a quienes simplemente se nos han adelantado.

Diciembre, último mes del año, una maravillosa oportunidad para regresar a lo sencillo, a los detalles, para regalar amor y nuestro tiempo, gozar de cada minuto con los amigos, de la sonrisa de un niño, los abrazos, los foquitos de colores, la comida; conectar corazones a través de la mirada; agradecer, agradecer, agradecer.

Si me preguntas qué quiero para esta época te diría que compartir tiempo de calidad con la gente que amo, dejar a un lado el trabajo, regalar abrazos, dejarme sorprender por los milagros que ocurren a diario, respirar amor, paz y esperanza.

Y tú… cuéntame qué quieres. ¡Nos leemos en ocho días!

Goza de tus viejos

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Goza de tus viejosConforme pasa el tiempo me doy cuenta que nadie nos enseña a envejecer. Pareciera que creemos que seremos eternos y no nos preparamos para cuando llegan los años. Así como no tomamos precauciones en ello, nunca hacemos consciencia de que los años también pasan y pesan en nuestros padres. Es como si diéramos por hecho que nuestro Superman y nuestra Mujer Maravilla siempre serán así, pero no.

Con el tiempo y a veces también con la ayuda del descuido y una que otra enfermedad su salud se va deteriorando, se mueven más lento, quizá pierden las ganas por hacer tal o cual cosa, en fin.

Mientras ellos transitan por eso, a nosotros los hijos parece que la paciencia se nos acabara, queremos que hagan las cosas rápido, como a nosotros nos gusta, les gritamos cuando se equivocan y ni qué decir cuando de salud se trata y se descuidan porque la cosa se pone peor. ¡Qué fuerte que nos comportemos así, que olvidemos lo que ellos nos han cuidado, que no se nos ocurra pensar en cómo se sienten! Qué duro que perdamos la oportunidad de disfrutar el tiempo a su lado por estar discutiendo o por estarlos “regañando” por todo. ¿Qué más da si cambian una cosa de su lugar o si en vez de comerse una ensalada optan por unos tacos?

Pensamos que nuestros viejos serán eternos y no. Quizá yo miro las cosas con una perspectiva muy diferente porque mamá murió cuando yo tenía 19. Ojalá por aquellos años hubiera tenido la experiencia y la consciencia que solo los años te dan, porque hubiera peleado y gritado menos y disfrutado más. Sería maravilloso poder ver hoy a papá a los ojos, abrazarlo y recargarme en su panza para ver un partido de las Chivas.

Por suerte, tengo muy cerca a mi madrina y segunda madre, que me brinda la oportunidad de practicar esto de la paciencia; con quien procuro disfrutar al máximo el tiempo que estamos juntas; por quien me preocupo y me ocupo; a quien trato de cuidar y de hacerle la vida más fácil apoyándola cuando lo necesita.

Si tú hoy tienes el privilegio de tener a tus padres con vida, no pierdas el tiempo en tonterías, mejor ocúpalo en agradecer el que aún están contigo y crea y goza momentos inolvidables a su lado. No los juzgues por lo que hicieron o por lo que dejaron de hacer, por lo que dijeron o callaron. Con amor y perdón siempre lograremos mejores relaciones.

Recuerda: “En vida hermano, en vida. Mañana puede ser demasiado tarde”.

La tanatología: una herramienta para la vida

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La-tanatología--una-herramienta-de-vidaAsí como el cambio es una constante en la vida, las pérdidas forman parte de ella. Existen diferentes tipos, pueden ir desde de algo material como una casa hasta la pérdida de un ser querido o una mascota. También podemos hablar de la pérdida de un trabajo, una relación, de una cantidad de dinero, etc.

Cualquiera que sea el caso, perder duele e implica ser y hacer algo para transitar por esa etapa. Para ello existen diferentes terapias que pueden ayudarte. En este caso, te voy a hablar de la tanatología, una herramienta que ha hecho la diferencia en mi vida y que ha sido mi fiel compañera desde hace un poco más de un año.

“Tanatología viene de Thanatos = muerte y Logo = tratado, pero no es eso nada más» como lo explica Gaby Pérez Islas en su libro Cómo curar un corazón roto: “ la tanatología nos habla de la vida, de vivirla con intensidad y, sobre todo, con esa motivación de que cada día puede ser el último.”

Ahora bien, toda “pérdida sin importar lo que haya sido, te llevará a vivir un duelo”, un proceso que se atraviesa en cinco etapas y que dura aproximadamente un año (no conseguí descuento, por el contrario en mi caso hubo un aumento), pero no voy a profundizar en ello. Mas bien, la idea es contarte cómo la tanatología me ha ayudado a reconstruir mi vida tras la muerte de mi padre, una doble traición, la pérdida de confianza en mí misma y la cereza del pastel: el fallecimiento de mi amiga Cris.

Ha sido gracias a que me di la oportunidad de trabajar con mis emociones, de vivir cada instante como se presenta, a aceptar que las cosas son como son, aprender que solo es por ahora, a estar dispuesta a enfrentar a mis demonios, a confiar y dejarme guiar por una mujer extraordinaria y tanatóloga, que hoy sigo aquí, con la cara en alto y llena de sueños e ilusiones por realizar. Seguramente si le preguntan a ella, les dirá que es gracias a mi voluntad que lo he logrado, así que mejor lo dejamos en que ha sido un trabajo en equipo.

La tanatología me hizo entender que lo único que tenemos seguro es la muerte, que hay cosas que pasan porque sí, que no hay nada más soberbio que pensar por tu culpa alguien murió o que si lo hubieras hecho diferente esa persona aún viviría (¡Ay!, cómo me cimbró cuando Gaby me lo dijo en nuestro primer encuentro).

Sin duda, una de las lecciones más inspiradoras de estos meses ha sido entender que el mejor homenaje que les puedo rendir a mis padres es siendo feliz y recordarlos con todo el amor mundo, porque el amor nunca muere.

Son más las cosas que he aprendido y las que me han traído hasta aquí, pero va siendo hora de despedirme, no sin antes invitarte a vivir tu vida responsablemente, a disfrutar el aquí y el ahora y si acabas de sufrir una pérdida o está por llegar (en el caso de los enfermos terminales) te sugiero que hagas de la tanatología tu amiga, que aceptes las bondades de esta herramienta y sobretodo que te regales la oportunidad de convertirte en la mejor versión de ti mismo.

Finalmente, querida Gaby gracias por ser mi guía en este viaje de sanación, por ser luz e inspiración y por brindarme tu amistad. Este mundo necesita más seres humanos como tú.

Y para ti que estás viviendo un duelo te comparto los medios por los que puedes contactar a Gaby Pérez Islas y desde ya te agradezco el que los compartas con quien lo necesite:
Facebook @gabytanatologa
Twitter: @gabytanatologa
YouTube: Gaby Pérez Tanatóloga
Instagram: @gabytanatologa

Responsabilidad, compañera de viaje

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Responsabilidad-compañera-de-viajeUna de las grandes lecciones que aprendemos desde la infancia es la llamada responsabilidad, esa capacidad que desarrollamos para responder antes algo, ese saber asumir las consecuencias de nuestros actos, de nuestras decisiones.

Habrá quienes me dirán: “Leonor, yo soy muy responsable, no daño a nadie, cumplo con mis “obligaciones”, cuido bien a mi familia, etc.”

Y sí, no hay duda de ello, sin embargo hoy me gustaría que pensáramos en la responsabilidad de otra forma, que nos hiciéramos conscientes de las bendiciones que practicar esta virtud nos regala.

Aquí unos ejemplos a ver qué te parecen:

  1. Ser responsables de nuestra salud nos permite escuchar a nuestro cuerpo, asumir que algo no anda bien y buscarle solución.
  2. Cuando actuamos responsablemente con las emociones es porque nos conocemos, porque trabajamos con ellas para identificarlas, vivirla y trasmitirlas sin dañarnos ni dañar a otros.
  3. Asumir tu responsabilidad ante los problemas es la mejor manera de divorciarte de la culpa y vivir en libertad, haciéndote cargo de ti, de la situación que causó una decisión. Es despedirte de la víctima y tomar las riendas de tu vida.
  4. La responsabilidad te regala la oportunidad de rediseñarte, de aprender, de ver la vida desde otra perspectiva y disfrutar del aquí y el ahora.

Dicho (escrito) esto… ¿Vale la pena hacer de la responsabilidad una aliada y compañera de viaje, no crees? Escríbeme y cuéntame qué piensas.

¡Hasta la próxima!

 

El cierre de un ciclo llamado Teletón

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El cierre de un cicloLos que me conocen saben que desde antes que se llevara a cabo la primera emisión de Teletón México en 1997, me enamoré del proyecto y me comprometí con lo que en aquel tiempo aún era un sueño por realizar.

En mi caso, la historia comenzó el día que visitaron la universidad para reclutar voluntarios, jóvenes que quisieran sumarse a la causa. No tuve la menor duda de que quería formar parte de ello, deseaba hacerlo, aunque para ganarme mi lugar, tuviera que madrugar en fin de semana para asistir durante 10 sábados a diversas sesiones, cuya finalidad era sensibilizarnos. Desde entonces me hice la promesa que siempre apoyaría de una u otra manera al Teletón.

Aquel año lo hice como voluntaria en un helado sábado 6 de diciembre en el Estadio Azteca. Posteriormente y gracias a mi profesión como comunicadora, logré entrar a la producción del evento, aportar y desarrollarme en diferentes áreas. Al ir conociendo más sobre lo que sucede detrás de cámaras para llevar a cabo el Teletón, descubrí que existía un equipo de personas que se dedicaban a escribir el contenido del programa. Entonces mi sueño se convirtió en ganarme mi lugar dentro de ese equipo y… ¿qué crees? ¡Lo logré!

Toda una experiencia, algunos viajes, otras culturas, un idioma que variaba, cada año un nuevo reto, un rediseñarnos para seguir la línea editorial. ¡Cuánto lo disfruté! Y sí a veces también lo sufrí, pero al final quedó el buen sabor de la meta alcanzada.

Así fue durante 15 años, sin embargo, todo tiene un principio y un final.

Este año se cierra el capítulo llamado Teletón como miembro del equipo de contenidos. Una etapa en la que conocí gente extraordinaria, hice entrañables amigos, aprendí mucho y a la que le estaré eternamente agradecida. Un ciclo maravilloso que me hizo crecer no solo profesionalmente sino también personal y humanamente hablando.

Como dice el dicho: “No hay fecha que no se llegue, ni plazo que no se cumpla”, es hora de abrir paso a las nuevas generaciones de escritores, entregarles la estafeta como indudablemente lo hicimos en el Teletón de marzo pasado. Otra de las muchas lecciones “teletoneras”: aprender a soltar, seguir adelante sin querer controlar.

Un ciclo se cierra, pero me (nos) abre la posibilidad de seguir sumando a esta noble causa desde otro lugar, eso sí, siempre sumando.

Gracias Teletón por todo y por tanto. A todos y cada uno de los integrantes del equipo de contenidos: Gracias, gracias, gracias.

Con estas líneas es como me despido de una de las etapas más lindas profesionalmente hablando de mi vida, agradecida, feliz, realizada, consciente de que todo ocurre por y para algo, con los pies en la tierra, la mirada al cielo y con los brazos abiertos para dejar que la vida vuela a sorprenderme y seguir realizando sueños. Y tú… ¿Cómo cierras ciclos?

Mi primer altar de muertos

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Día de MuertosA unos días de celebrar el Día de Muertos, se me ocurrió que sería buena idea compartir unas líneas hablando del tema. Para ello, empezaré por confesar, que es la primera vez que coloco un altar en casa, en realidad mi familia no solía conmemorar estas fechas. Sin embargo, creo que nunca es tarde para empezar… Además he de decir que me encantó la visión de la película “Coco” de colocar las imágenes de quienes han muerto como señal de que los recordamos y también para ayudarlos a “pasar” para que vengan a “saludarnos”.

Personalmente, haciendo una mezcla y un poco (mucho) a mi manera como suelo hacer las cosas, hoy coloco mi ofrenda por varios motivos:

  • Recordar la vida de 7 personas maravillosas que fueron esenciales conmigo en mi caminar por esta tierra.
  • Para tener presente que el mejor homenaje que les puedo rendir, más allá de este altar, es ser feliz y disfrutar cada instante de mi vida como solo yo puedo hacerlo.
  • Para no olvidar que la muerte es lo único que tenemos seguro es esta vida.
  • Así como la vida y la muerte son opuestos, este altar también representa el final de una etapa y el comienzo de una nueva.
  • Darles las gracias por todo cuanto en vida me dieron y por lo mucho que me han cuidado y protegido durante los últimos años desde donde quiera que estén.

A mis abuelos por los momentos que compartí con cada uno y por lo que cada uno dejó en mi corazón.
A mis padres por haberme dado la vida, por su amor infinito, por mi educación, por haberme dado las herramientas para salir adelante en este mundo.
A mi querida Cris por su amistad y cariño, por las aventuras vividas, pero sobretodo por enseñarme que con fe y esperanza, todo es posible.

Para despedirme, quiero invitarte a que aproveches cada instante de tu vida; agradece y disfruta los ratos en familia; goza compartiendo con tus amigos; expresa lo que sientes a tus seres queridos; tómate tu tiempo para hacer realidad tus sueños; trabaja para vivir, no vivas para trabajar; acuérdate que las cosas que verdaderamente importan, no tienen precio; es preferible no tener dinero y estar cerca de los que amas, que matarte para tener una fortuna y perder tu salud; vive como si fueras a morir mañana, para que llegado el momento, puedas ya sea despedirte de los tuyos con la conciencia tranquila, sabiendo que no quedó nada pendiente o bien, irte en paz habiendo cumplido tu propósito de vida.

Y tú…. ¿Pones altar de muertos? ¿Le das algún significado en especial? ¡Cuéntame!